IRAQ
Bush rechaza fijar una fecha orientativa para la retirada de tropas

Por Luis Miguel L. Farraces
2 min
Internacional02-12-2005
Ante el creciente aluvión de críticas acerca de la presencia de tropas norteamericanas en suelo iraquí, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, decidió hacer pública su "estrategia para la obtención de la victoria en Iraq". Éste es el nombre de un documento desclasificado que el presidente decidió exponer la pasada semana en un discurso en la Academia Naval de Maryland.
Bush condicionó la retirada de efectivos a la evolución de los cuerpos de seguridad iraquíes y no descartó un hipotético aumento del contingente militar en el futuro. Para la mayoría de estadounidenses, el documento es papel mojado ya que en él Bush elude fijar una fecha orientativa para la retirada de tropas. A tal respecto, el presidente norteamericano anunció que para el repliegue de sus fuerzas considera como vinculante la capacidad de los cuerpos de seguridad iraquíes para garantizar la paz y la estabilidad. Asimismo, aseguró que si sus comandantes los estimaban preciso se aumentaría el número de efectivos norteamericanos en suelo iraquí. En su discurso, Bush reconoció que el adiestramiento de las fuerzas policiales iraquíes se está dificultando por las deserciones. Por ello, pidió a sus conciudadanos paciencia, ya que consideró la misión en Iraq cómo "el frente principal en la lucha contra el terrorismo". Pese a todo, Bush intentó contagiar de optimismo a su público alegando que el adiestramiento de las fuerzas policiales iraquíes ha avanzado en el último año de manera sorprendente. El dato lo aportaría más tarde el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, desde Washington, al señalar que los cuerpos de seguridad iraquíes ya tenían el control sobre 29 bases militares y sus efectivos ascendían a más de 210.000. Bush reiteró en su discurso que la retirada prematura daría una imagen equivocada a sus propios militares, al compromiso internacional de EE.UU. y a los terroristas. Pese a todo, el documento desclasificado por el presidente contempla la expectativa de reducir el número de soldados de Iraq gradualmente a lo largo del próximo año. A este respecto se pronunció la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, advirtiendo de que cualquier hipotética reducción del número de efectivos dependería del status quo de cada preciso momento. Rice dio un atisbo de esperanza a los estadounidenses afirmando que si la situación en Iraq evoluciona como se espera, las condiciones para esa reducción se darán muy pronto. Pese a todo, la secretaria de Estado coincidió con el presidente en que el Ejército estadounidense no se retirará de Iraq hasta cumplir su misión. Una misión que ya se ha cobrado la vida de más de 2.100 soldados norteamericanos y que, si el rechazo popular sigue avanzando, podría cobrarse la vida política del propio Bush dentro de tres años.