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PRECIO DEL DINERO

El BCE no bajará los tipos y asegura una buena situación en la zona euro

Por Joaquín Castillo VillalvaTiempo de lectura2 min
Economía02-05-2001

A pesar de las críticas que ha recibido el Banco Central Europeo (BCE) en las últimas semanas por su decisión de no bajar los tipos de interés, la máxima institución europea ha decidido en su último informe continuar con su postura restrictiva. A su juicio, las tensiones inflacionistas impiden, por el momento, una reducción de los tipos de interés.

El crecimiento sostenido en la zona euro y los riesgos de inflación impiden al BCE bajar los tipos, que desde hace siete meses mantiene el valor en el 4,75 por ciento. El presidente del BCE, Wim Duisenberg, es optimista ante la situación de la zona euro y ha adoptado una actitud precavida ante una posible reducción del precio del dinero. Así, los primeros meses del año se han calificado de favorables y el BCE los ha definido como periodo de crecimiento sostenido. De esta manera, se desmarca del clima pesimista que ya reinaba en los mercados europeos desde principios de año y que presionaba al euro banco en busca de una bajada de tipos. Los argumentos que sostiene el BCE son claros: la inestabilidad existente en la inflación que aún no ha conseguido ser controlada unida a un crecimiento económico relativo de la zona euro, hace que una bajada de tipos no se presente como la mejor solución a las circunstancias económicas actuales. La preocupación surge porque la inflación del año pasado no cumplió las expectativas propuestas y este año los riesgos de tensiones inflacionistas están presentes. El BCE busca en los mercados europeos nuevas reformas para que pudiera ser factible una reducción de tipos. Así se pide que los gobiernos lleven a cabo una reforma estructural de los sistemas de protección social como primera fuente de solución. La institución europea ha hecho hincapié en la reforma del gasto en las pensiones y ha propuesto varios objetivos, entre los que destacan un ajuste de la indexación de pensiones, es decir, que no vincule los aumentos anuales con la evolución de los precios. También ha planteado que se efectúe el ajuste entre las diferencias entre las pensiones que finalizan y las nuevas (ratio de reposición) y el retraso de la edad de jubilación. El informe anual no supuso una inyección al euro y la moneda común europea experimentó una nueva caída frente al dólar.