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AZÚCAR

Una reforma nada dulce

Por Javier de la FuenteTiempo de lectura1 min
Economía26-11-2005

La euforia de la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, contrasta con la decepción de los agricultores. Según Espinosa, el cultivo de la remolacha va a “ser viable en España y va a continuar”, mientras que los agricultores consideran que, con las condiciones que fija el acuerdo de la Comisión Europea, en los próximos años será imposible continuar con el cultivo.

Aunque podía haber sido peor. La propuesta inicial de la CE establecía una reducción del precio del 39 por ciento en el caso del azúcar y del 42 por ciento en el caso de la remolacha. La ministra Espinosa ha destacado que la reforma será menos brusca al haber pasado de dos a cuatro años el periodo de ampliación, que incluye una compensación específica para España. Según el acuerdo, la ayuda va dirigida a los remolacheros que continúen con el cultivo en países donde la producción de azúcar es deficitaria. En total, serán 10,7 millones de euros anuales más durante un periodo transitorio de cuatro años. Antes del acuerdo, los cultivadores de remolacha se beneficiaban de unos precios tres veces mayores respecto a lo que se pagaba en el mercado mundial. Para aquellos agricultores que deseen abandonar el cultivo de la remolacha, la nueva reforma establece unas compensaciones equivalentes al 64,2 por ciento –un cuatro por ciento más de la cifra que se estableció en un principio- de los ingresos que pierdan por el recorte en los precios. El fin de la reforma es equiparar el precio del azúcar y del cultivo de la remolacha en todo el mundo. Esto responde a la demanda de los países en vías de desarrollo, quienes denunciaban que, con las condiciones anteriores, se permitía que millones de toneladas de azúcar subsidiado de la Unión Europea fluyeran a los mercados, por lo que el precio del azúcar bajaba.