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RALLIES

Duval conoció por fin el ‘sabor’ de la victoria

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes13-11-2005

Terminar fue la mayor hazaña de un complicado rally de Australia, que se presumía como una batalla por el subcampeonato mundial entre Petter Solberg y Marcus Grönholm y se cobró hasta seis abandonos de pilotos oficiales, más el del español Xevi Pons. Sin embargo, Daniel Solá –poco rodado sobre tierra– consiguió terminar séptimo.

Solberg y Grönholm empezaron muy ambiciosos las primeras superespeciales, aunque los Subaru fueron los dominadores de la primera jornada: el noruego Solberg ganó el quinto y sexto tramos, mientras que el aussie Chris Atkinson, muy motivado, hizo cuatro scratch (mejores tiempos), pero acabó décimo la primera jornada por un problema con la dirección asistida, por detrás de Daniel Solá. La mejor noticia para Solberg, con todo, fue el abandono de Grönholm: el finlandés rompió la suspensión delantera al chocar con una piedra en el séptimo tramo. Peor le fue al sueco Daniel Carlsson, que vio cómo su Peugeot era pasto de las llamas por una salida de pista en el tercer tramo. También tuvo que abandonar Sébastien Loëb, que había remontado hasta el liderato: el francés se estrelló contra un árbol en la novena especial. Lo propio, otro accidente, le sucedió a Pons. Atkinson y el finlandés Harri Rovanperä (de Mitsubishi) vencieron en las últimas superespeciales, en Perth. La jornada, frenética, dejaba en la tercera plaza a Colin McRae (de Skoda), a sólo un segundo y medio del belga François Duval. El liderato, con un margen de 46 segundos, era para Solberg. Sin embargo, el noruego se topó en su camino con un canguro después de conseguir el scratch en la duodécima especial: dañó el sistema de refrigeración del motor y el liderato pasó a Duval. Aunque Rovanperä se impuso en el décimo tercer y décimo cuarto tramos para consolidar sus opciones de podio –acabó la segunda jornada a cinco segundos de McRae–, en los dos siguientes el belga cimentó su ventaja. Aun así, Atkinson aún contraatacó con dos nuevos triunfos parciales. Tras dos nuevas superespeciales, que ganaron Rovanperä y Duval, el belga disponía de casi medio minuto de ventaja respecto de McRae, mientras que el español Solá (de Ford) se mantenía noveno. Atkinson comenzó fuerte la última jornada, pero tras la vigésimo segunda especial, que ganó Duval, Rovanperä –que también se las vio con un canguro, aunque pudo seguir– arrebató la segunda plaza a McRae. Mientras, el Mitsubishi del italiano Gianluigi Galli perdía la sexta plaza en beneficio del finlandés Toni Gardemeister (de Ford). Pero una avería en el embrague privaba al escocés McRae de conseguir el primer podio para Skoda: el austriaco Manfred Stohl (de Citroën) heredaba el tercer puesto, que tuvo que defender de un Atkinson desatado. El australiano compartió el scratch del vigésimo cuarto tramo con Gardemeister –aunque éste aún abandonó tras romper la bomba de agua– y consiguió otro más en la penúltima especial. La última la ganó el checo Roman Kresta y Atkinson se quedó a seis segundos del podio. Finalmente Galli terminó quinto, por delante de Kresta y Solá, mientras que el alemán Armin Schwarz (de Skoda) cerró los puestos de puntos. Clasificaciones De este modo, el Mundial terminó como estaba en las primeras plazas: Loëb campeón, con 127 puntos, y Solberg segundo –por haber conseguido una victoria más que Grönholm–, empatado con el finlandés a 71 puntos. Gardemeister termina la temporada cuarto, con 58 puntos, mientras que pese a su mejora en las ultimas pruebas, Duval termina sexto en el campeonato, con 47, por detrás del estonio Markko Märtin y por delante de Rovanperä, que suma 39 puntos. Por marcas, Citroën remacha su tercer título consecutivo con 188 puntos, seguido por Peugeot con 135. Ford termina con 104 y Subaru con 97, en tanto que Mitsubishi y Skoda cierran la clasificación con 76 y 21 puntos respectivamente.