ETA
El suicidio de un etarra provoca rebrotes de violencia en el País Vasco
Por Diana R. Val
3 min
España05-11-2005
El Ayuntamiento de Bera (Navarra), localidad natal de Alzuguren alias kotto, acogió la capilla ardiente del etarra hallado muerto en su celda en Soria. El féretro cubierto con una ikurriña fue recibido por miembros de la izquierda abertzale, entre ellos el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, que invitó a los políticos y sindicatos vascos a una movilización contundente ante este suicidio.
Kotto de 39 años, cumplía condena por colaboración con la banda terrorista y estaba a tratamiento con ansiolíticos. Fue condenado a cinco años y dieciocho meses por su participación con el aparato de mugas (paso de la frontera) de ETA y había ingresado hacía pocos días en la prisión de Soria, donde apareció ahorcado en su celda. Al homenaje al preso etarra, acudieron varios miembros de la izquierda abertzale entre ellos el secretario general del sindicato LAB Rafael Díez Usabiaga o dirigentes de Batasuna como Arnaldo Otegi que destacó la incompatibilidad entre el mantenimiento de la política de dispersión de los presos etarras y el inicio de un proceso de paz. Además Otegi invitó a los agentes políticos y sindicales a una movilización contundente en respuesta al suicidio del etarra. La muerte de Azuguren provocó un rebrote de los actos de kale borroka en distintas localidades del País Vaco y Navarra. El incidente más grave se produjo en la oficina del jefe de estación de Rentería en Guipúzcoa que quedó calcinada y en la que se produjeron numerosos daños materiales. También en la localidad de Pasaia varios encapuchados cortaron los dos carriles de la N-I en sentido Irún con una barricada que causó acusadas retenciones. Por su parte Batasuna convocó varias concentraciones de protesta en las tres capitales vascas que se llevaron a cabo bajo vigilancia policial. Además, Adolfo García Herrero, un concejal del PSE-EE (Partido Socialista de Euskadi) en Elorrio, pidió su dimisión después de haber recibido serias amenazas de los radicales en la fachada de su vivienda. Entre otros insultos los bándalos le acusaban de responsable de las muertes. A lo sucedido se suma la excarcelación de unos 20 etarras antes de finalizar el año. Algunos de ellos participaron en el traslado de la denominada caravana de la muerte compuesta por dos furgonetas con más de 1.700 kilos de explosivos que la dirección de la banda destinó a Madrid, con el fin de hacerlas estallar en la navidad de 1999, lo que habría constituido el mayor atentado de la historia de ETA. Uno de los primeros en abandonar prisión será Asier Urretavizcaya que confesó que el comando operativo en 2000 pretendía el asesinato de seis jueces y tres fiscales de la Audiencia Nacional. Poco después quedará en libertad Roberto Eciolaza uno de los conductores de la caravana de la muerte junto a Víctor Goñi. CONDENA A OTEGI Todo esto sucede la misma semana en la que el Tribunal Supremo ha condenado al portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, a un año de prisión por un delito de injurias al Rey. Durante una rueda de prensa celebrada en San Sebastián en el año 2003, Otegi llegó a decir textualmente: ¿Cómo es posible (refiriéndose al lehendakari y miembros del Gobierno Vasco) que se fotografíen con el Rey español cuando el Rey español es el jefe máximo del Ejército español; es decir, el responsable de los torturadores y que ampara la tortura y que impone sus régimen monárquico a nuestro pueblo mediante la tortura y la violencia?". En su día, estas declaraciones no fueron constitutivas de delito para el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). No obstante ahora, después del recurso fiscal, la Sala de lo Penal del Supremo ha condenado al ex parlamentario vasco a un año de prisión y a la inhabilitación especial para ejercer cargos públicos durante el tiempo de la condena.