TOROS

El eclipse del otoño taurino en Madrid

Por Almudena Hernández2 min

Espectáculos02-10-2005

La afición no puede ver el sol de la Fiesta. Y no es porque el eclipse apague las luces del universo taurino. Quizás sea porque alguien levantó un huracán que cegó a los aficionados. Por mucho que digan lo del eclipse, lo que realmente ocurre en la Fiesta de los toros es que la mota del ojo propio no deja ver la luz.

Y así está siendo, a menos que surja la sorpresa y una tenga la obligación de rectificar. Sería señal de que las cosas van a mejor. Pero como no tiene pinta, como tampoco la tiene que venga una nube y llene los pantanos españoles, pues no queda otra que hablar de lo interesante. Sea dicho de paso, que lo interesante no necesariamente tiene que ser importante. Como tampoco es señal de éxito el precio de una entrada para ver toros en Las Ventas. No haremos comparaciones, que dicen que son odiosas. Digamos, simplemente, que no todos los toreros son de la misma categoría; aunque verles hacer el paseíllo en Madrid valga lo mismo. El mundo, también el taurino -ya dijo Ortega y Gasset que en el ruedo se reflejaba el acontecer contemporáneo-, está sumiso a la eterna duda. Y tras la duda, llega el desastre. O ¿es al revés? No es de extrañar que Gabriel Picazo se cortase la coleta en la plaza de toros de Madrid el pasado sábado, después de una actuación sin la apoteosis soñada. Por eso -lo de la eterna duda-, tampoco es de extrañar que a las pocas horas, Picazo rectificase su decisión. Menos mal que, entre tanta duda, sinsentido y sinnoticias taurinas en la capital, la monumental de Las Ventas ha tenido una pequeña alegría con Francisco Pajares. Este novillero sin caballos ha protagonizado lo más destacado de los últimos festejos celebrados en la primera plaza del mundo. El triunfo le ha valido la mención de alumno triunfador del curso de la Escuela Taurina de Madrid. También ha aprobado la convocatoria, y con mucha nota, el novillero francés Mehdi Savalli. El torero galo ha sido el ejecutor de la faena más artística de toda la feria de Arnedo (La Rioja), que un año más ha celebrado su tradicional promoción novilleril del Zapato de Oro.