IRAQ
Kofi Annan no dimite a pesar de la manifiesta corrupción de la ONU
Por Salva Martínez Más2 min
Internacional11-09-2005
Kofi Annan y los estados miembros de la ONU aceptan las críticas sobre su gestión del programa Petróleo por Alimentos. El miércoles pasado la comisión independiente que ha analizado el funcionamiento de la institución internacional, puso en entredicho su función humanitaria.
En el informe elaborado por la comisión dirigida por el antiguo presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Paul Volcker, se llega a calificar al programa humanitario de “pacto con el diablo”. O lo que deja en una peor situación a la ONU, porque según asegura el texto, “el diablo era capaz de manipularla para alcanzar sus objetivos”. La comisión Volcker ha estudiado desde abril de 2004 cómo actuaron los estados miembros de la Organización y el secretario general en el marco de un plan de ayuda humanitaria que comenzó a tener consecuencias perversas desde el mismo año que Annan alcanzó el más alto de los puestos administrativos de la ONU, en 1997. De hecho, gracias al escaso o ningún seguimiento que la Organización mantuvo sobre el desarrollo del programa Petróleo por Alimentos, Sadam Husein llegó a embolsarse 11.000 millones de dólares. Según el documento del grupo de trabajo de Volcker, el dictador iraquí vendió petróleo a través de países vecinos como Siria, Turquía, Jordania y Egipto a empresas chinas, francesas y rusas fundamentalmente. Ante estas graves revelaciones, la Comunidad Internacional se pronuncia con tibieza. “Las pruebas de una corrupción real entre un pequeño número del personal de la ONU son profundamente decepcionantes”, dijo al respecto el presidente estadounidense, George W. Bush. Kofi Annan, dijo sentirse “avergonzado” el día de la presentación del texto de la Comisión Volcker. “Como jefe administrativo debo asumir las responsabilidades por los fallos revelados”, aseguró el secretario general de la ONU sin mostrar ninguna intención de dimitir. Annan se encuentra cerca de la recta final de su mandato, diciembre de 2006, y, como al resto de la Comunidad Internacional, dedica sus esfuerzos a la reforma de la ONU, que la Organización estudia para el día de su 60 aniversario en lugar de depurar responsabilidades por el escándalo del programa Petróleo por Alimentos.