DERECHOS FUNDAMENTALES
Judith Miller entra en prisión por no revelar sus fuentes
Por Silvia Álvarez-Buylla2 min
Comunicación11-07-2005
“Me pusieron cadenas en las muñecas y en los tobillos y me pregunté: Dios mío, ¿cómo he podido llegar a esto?”. La periodista estadounidense Judith Miller ingresa en prisión porque se niega a revelar sus fuentes anónimas. Miller pasará cuatro meses en la cárcel por una historia que investigó, pero que nunca escribió.
La periodista del New York Times Judith Miller ha sido encarcelada por no revelar a un fiscal sus fuentes anónimas. Sabía la identidad de una agente de la CIA casada con un diplomático opuesto a los planes bélicos de Bush en Iraq. Lo estuvo investigando hace dos años, pero nunca escribió una sola línea sobre ello. Sin embargo, está penado en EE.UU. que se divulgue el nombre de un agente de los Servicios de Inteligencia. Y, en este caso, el Departamento de Justicia de EEUU intenta determinar quién, en la administración Bush, reveló a la prensa que Valerie Plame era una agente de la CIA. The New York Times agradeció a su periodista Judith Miller que haya “aceptado ir a la cárcel antes que revelar a la justicia las fuentes de una información confidencial”. Miller no fue la única citada a declarar ante un jurado. Su compañero del Time, Mathew Cooper, también estuvo en el banquillo de los acusados, pero fue liberado del secreto profesional por sus fuentes. Antes de recibir su sentencia, Miller argumentó que “es imperativo que los periodistas honren su compromiso de respetar los derechos de sus fuentes, quienes sólo revelan información importante si se les asegura anonimato”. La informadora añadió que “forzar a los periodistas a renegar de esa promesa realizada a sus fuentes socava su capacidad de realizar su trabajo” y “no habrá prensa libre”. La reportera ingresó el miércoles 6 de julio en el Centro Penitenciario de Alexandria (Virginia). Allí permanecerá hasta octubre; antes si decide revelar la identidad de sus fuentes anónimas a la justicia. Este encarcelamiento “es como el espectro de la intervención gubernamental en la obtención de información, e influirá en cualquiera que se plantee hablar con un periodista”, comentó Deanna Sands, presidenta de la Asociación de Directores de Periódicos de Prensa Asociada. “Esto forzará a cada periodista a pensárselo dos veces a la hora de garantizar el secreto a sus fuentes”, añadió Brant Houston, director ejecutivo de Reporteros y Editores de Investigación. Reporteros Sin Fronteras (RSF) criticó también la condena de Miller. “Es un día sombrío para la libertad de prensa en Estados Unidos y en el mundo”, agregó RSF, organización para la que esta medida significa una “violación del derecho internacional”, un “peligroso precedente y una muy mala señal que envía Estados Unidos al resto del mundo”. Los periodistas de EE.UU. mostraron su indignación. Muchos de ellos se lanzaron a la calle y dedicaron dos minutos de silencio frente a la Corte Federal de Los Ángeles, en respaldo de la reportera Judith Miller. La reacción más generalizada fue exigir que se apruebe una ley federal que proteja en estos casos a los profesionales de la información.