CRISIS PP
Rajoy descarta cambios en el partido pese a las críticas internas
Por Pablo A. Iglesias2 min
España10-07-2005
Si alguien pretendía derrocar a Ángel Acebes y Eduardo Zaplana de la dirección del Partido Popular, ha conseguido lo contrario. Las críticas del ex ministro Josep Piqué a sus compañeros han provocado el efecto adverso al que cabría esperar. Rajoy no sólo ha respaldado a Acebes y Zaplana. Además, ha descartado hacer cambios en la estructura del partido.
Eran muchos los que dentro del PP reclamaban hace meses una renovación de "caras y voces" para ofrecer una alternativa de gobierno al Ejecutivo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso, consideraban que Acebes y Zaplana representaban un lastre para las opciones de futuro de Rajoy. Ambos fueron la imagen público del Gobierno de José María Aznar cuando se produjo el atentado del 11-M. Acebes era ministro del Interior y Zaplana, portavoz del Ejecutivo. No es de extrañar que Piqué asegurase en Catalunya Radio que el actual secretario general del PP y el portavoz en el Congreso están vinculados al "pasado". El ex ministro de Asuntos Exteriores considera necesario abrir una "nueva etapa" de oposición en la que participen más dirigentes populares y entre las que destaquen jóvenes valores. Nadie dentro del PP se atrevió a defender en público las palabras de Piqué. Sin embargo, La Semana.es ha escuchado durante los últimos meses esos mismos argumentos en boca de numerosos cargos del partido. El silencio se rompió en apenas unas horas con un comunicado que Mariano Rajoy emitió desde Singapur para desautorizar las "sorprendentes y equivocadas" declaraciones de Piqué. Rajoy afirmó sentirse "orgulloso" de los ocho años de gobierno del PP y advirtió de que no piensa aceptar que la unidad del partido "se ponga en riesgo por nadie". Todo el mundo ha acatado el mensaje de Rajoy, que descarta hacer cambios internos después del verano y ha ratificado en sus puestos a Acebes y Zaplana. Aunque los ciudadanos relacionan a ambos con los atentados del 11-M y la tormenta política desatada en los días posteriores a la masacre, Rajoy no quiere experimentos. Sus planes pasan por cambiar el estilo de oposición firme de los últimos meses por otro de centro reformista que conlleve la presentación constante de alternativas al Gobierno de Zapatero. El presidente del PP sabe que su única oportunidad de llegar a La Moncloa pasa por las elecciones generales previstas para 2008, por lo que prefiere rodearse de políticos de notoriedad y experiencia.