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AHORRO

El Ejecutivo pretende penalizar el derroche de energía

Por Javier de la FuenteTiempo de lectura1 min
Economía18-06-2005

El Gobierno proyecta castigar a los que derrochen energía. De esta forma, si este verano se quieren evitar sorpresas cuando llegue la factura a casa, habrá que decantarse por el uso del tradicional abanico antes que encender el aire acondicionado. Según el Ejecutivo, se penalizará en la factura energética a aquellas personas que consuman más allá de lo razonable. Ahora hay que saber discernir entre lo que es un consumo responsable y lo que es derrochar.

El ministro de Industria, José Montilla, ha declarado que el Gobierno “trabajará de manera inmediata en esta posibilidad, aunque su aprobación precisará de consenso institucional y social”. Montilla además ha justificado la adopción de estas medidas por el uso indiscriminado de la energía, sobre todo teniendo en cuenta el enorme peso de los combustibles fósiles y agotables en la factura española y sus repercusiones medioambientales que deben ser evitadas, además de consecuencias económicas y sociopolíticas de gran calado. Para combatir todos estos frentes, el ministro anunció la puesta en marcha del Plan de Acción 2005-2007 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética de España 2004-2012. Por otro lado, el profesor José Ignacio Pérez Arriaga, autor del Libro Blanco para la reforma del marco regulatorio de la generación eléctrica, aboga por elaborar un nuevo sistema retributivo de la actividad de la distribución eléctrica de tipo revenue cap (sistema de ingresos máximos). De esta forma, el regulador establece las tarifas de distribución por un periodo de varios años y no las modifica, con independencia de que el distribuidor consiga mejorar su eficiencia o influir en la limitación del consumo o en la curva de la demanda. Otra de las propuestas sugeridas al Gobierno es la de diseñar un marco regulatorio que incentive a las comercializadoras de energía ofrecer a los consumidores “tarifas avanzadas” y adaptadas a su perfil de consumo. Para que esto sea posible, habría que crear una “entidad neutral” que centralizara toda la información de los consumidores, permitiendo su acceso en igualdad de condiciones a las empresas.