SUDAMÉRICA
Las empresas españolas, en medio del ‘huracán’ boliviano
Por Paula Escalada Medrano1 min
Economía11-06-2005
Aunque parezca ajena a España, lo cierto es que la crisis de Bolivia también ha afectado a algunas empresas españolas. El pueblo pide vender su gas propio y Repsol quería habérselo vendido a otros países. Por ello, durante algunas horas se convirtió una diana más de la hartura del pueblo.
La situación en Bolivia ha tocado de cerca a algunas compañías españolas. La principal inversión en este país corresponde a Repsol YPF (que tiene en Bolivia el 25 por ciento de sus reservas de gas), aunque también hay presencia de los dos grandes bancos, BBVA y SCH, así como de las energéticas Iberdrola y Red Eléctrica Española (REE). Las petroleras han sufrido las peores consecuencias. Su problema es que están en el centro de las protestas del pueblo. La población se queja de la usurpación de los bienes nacionales por parte de las empresas extranjeras. Por ello, las exigencias de la oposición al ya ex presidente Carlos Mesa consistían en la eliminación de la reciente ley de hidrocarburos, que elevaba los impuestos un 32 por ciento, y la nacionalización de las reservas. Por otro lado, otra parte de la oposición ha pedido una explotación conjunta de las reservas entre las empresas internacionales y el Estado. Sea quien sea la oposición, lo cierto es que las dianas de las quejas son las empresas extranjeras, y ellas serán las que sufran las consecuencias, justificadamente o no. Uno de los primeros perjuicios correspondió a algunas petroleras, entre ellas la española Repsol YPF, durante la semana de protestas. Algunas de las instalaciones de la empresa española fueron ocupadas durante horas por grupos de manifestantes que obligaron a frenar la producción. Ante esta situación, la dirección de Repsol YPF emitió un comunicado en Madrid, Buenos Aires y La Paz en el que mostraba su solidaridad con el pueblo boliviano y aseguraba desear “que la situación vuelva a la normalidad”. Con la estabilización momentánea del país tras el nombramiento del nuevo presidente, Eduardo Rodríguez Veltzé, la coyuntura se ha estabilizado, pero lo que no está claro es hasta cuándo.