UNIÓN EUROPEA
Países Bajos también rechaza la Constitución
Por Chema García1 min
Internacional05-06-2005
La votación de los holandeses fue más en clave interna que externa. Mientras, una de las caras más visibles de los detractores de la Constitución, el diputado amenazado por el islamismo radical Geert Wilders, apuntó que el rechazo debe traducirse en “un nuevo gabinete de Gobierno con otra visión sobre Europa”; el primer ministro Jan Peter Balkenende defendió en todo momento que la consulta no hacía referencia al Gobierno ni a su gestión.
Sea como fuere, lo cierto es que el 61,6 por ciento de los votantes se mostró en contra frente a un 38,4 por ciento que optó por el "sí". La consulta sobre la Constitución europea fue la primera celebrada en la nación de los Países Bajos en su historia. El referéndum tiene carácter consultivo, aunque el Parlamento anunció antes de la cita su intención de respetar el resultado, mucho más si como al final sucedió, se superaba el 30 por ciento de participación. Más de 12 millones de holandeses fueron llamados a unas urnas que se abrieron a las 07.30, hora local, y se cerraron a las 21.00 horas. Al final la participación alcanzó el 63,4 por ciento, muy por encima del 39 por ciento registrado en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Después de conocerse los resultados, Balkenende declaró: “Estoy decepcionado, no estoy contento con el resultado porque el Gabinete abogaba por el 'sí'”. En cualquier caso, añadió que la ciudadanía dio “una señal inequívoca” que el Gobierno respeta. Al igual que sucedió, con muchos de los líderes europeos tras el "no" francés, el primer ministro holandés transmitió su deseo de que el proceso de ratificación siga en los demás países de la UE. Lo que quiso dejar claro es que la negación no fue un veredicto contra la cooperación europea ni contra la gestión de su Ejecutivo. “Explicaré los motivos del 'no' holandés a mis compañeros europeos y les pediré que lo traten con justicia, ya que nosotros entendemos las preocupaciones de los holandeses: acerca de la pérdida de soberanía, el ritmo de los cambios sin que los ciudadanos se sientan implicados y las aportaciones financieras de nuestro país (a la UE)”, añadió Balkenende.