ECONOMÍA DOMÉSTICA
La deuda de las familias españolas alcanza su máximo en 2004
Por Paricia de Pablo1 min
Sociedad26-05-2005
La deuda financiera de las familias españolas constituida por préstamos, créditos y otras cuentas pendientes de pago, alcanzó al término de 2004 la cantidad de 595.183 millones de euros, cifra que representa el 74,5 por ciento del Producto Interior Bruto español.
Según los últimos datos del Banco de España, las deudas de las familias crecieron en 2004 a un ritmo del 17,5 por ciento, lo que en términos absolutos supuso un aumento de alrededor de 90.000 millones de euros. Estos nuevos datos del Banco de España ponen de manifiesto el fuerte ritmo de endeudamiento que llevan las familias españolas. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejan que el importe medio de las hipotecas hasta el pasado mes de octubre, creció un 18,4 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, hasta situarse en 123.975 euros. Por otro lado, los préstamos concedidos por las entidades de crédito a las familias para la compra de vivienda, alcanzaron los 375.574 millones de euros en 2004, lo que representa un incremento del 23,3 por ciento y una aceleración de más de seis puntos respecto al año 2001. Este aumento es consecuencia del encarecimiento del precio de la vivienda libre en 2004, tanto nueva como usada. La situación económica de las familias ha motivado que tengan que solicitar créditos de mayor valor para poder hacer frente al pago del precio de los inmuebles, que aumentan de forma progresiva. Estas referencias publicadas por el Banco de España respecto al año 2004, reflejan que el endeudamiento de los hogares españoles continúa la línea ascendente registrada de forma gradual en los últimos años. Además, de forma paralela, el ahorro familiar se sitúa en mínimos históricos, lo que hace más endebles las decisiones de gasto de los hogares ante un probable aumento de los tipos de interés a medio plazo. Por tanto, dicho informe pone en evidencia que el sector inmobiliario, al que se destinan los créditos a largo plazo en el caso de los hogares, es uno de los objetivos primordiales de inversión de las familias.