FÚTBOL
Real Madrid: otra Liga se va
Por Maite Estremera3 min
Deportes14-05-2005
El Real Madrid ha dicho adiós a otro título esta temporada y suma su segundo año en blanco. Pese a un buen final de temporada, tras el frustrado paso de José Antonio Camacho y Mariano García Remón –que Florentino Pérez supo corregir con la llegada a la dirección deportiva del italiano Arrigo Sacchi– no pudieron parar a un Barcelona exultante.
De un buen año con un mal final, con Carlos Queiroz, a un mal inicio con un final aceptable, pero sin título. Así ha sido la temporada para los jugadores del Real Madrid que esta temporada han pasado por las manos de varios entrenadores. José Antonio Camacho trató de poner orden en el banquillo, pero el experimento no le salió bien a Florentino Pérez: el técnico de Cieza –que ya dimitió antes de tiempo en 1998– abandonó el club tras poco más de un mes, con el equipo en octavo lugar y apenas un par de victorias, por la mínima, con un juego pobre y aburrido. Mariano García Remón, hasta entonces segundo entrenador, asumió el mando del equipo. El madrileño se estrenó con victoria, pero el equipo seguía sin mostrar el juego que se le presumía a las estrellas y sin tener orden en el aspecto táctico. Aun así, consiguieron sacar adelante sus partidos y mantenerse entre los primeros antes de terminar el año. La llegada de Arrigo Sacchi trajo un nuevo técnico: el elegido fue Vanderlei Luxemburgo. El brasileño debutó seis triunfos consecutivos y se hizo definitivamente con la segunda posición. El Real Madrid se veía con fuerzas para llegar al liderato y mantuvo un tira y afloja con un Barcelona que no estaba dispuesto a ceder y no lo hizo. Un par de tropiezos, sobre todo contra el Getafe, les hicieron perder comba durante algunas jornadas, pero se recuperaron tras vencer en el Bernabéu –aunque no consiguieron hacerse con la ventaja en la diferencia de goles–. Otras siete victorias consecutivas pusieron emoción en las últimas jornadas, aunque fue insuficiente. Análisis de la plantilla Luxemburgo ha mostrado firmeza para dirigir la nave blanca: obligó a Ronaldo a perder peso y no dudó en relegar al banquillo a Luis Figo y José María Gutiérrez, Guti. Sin embargo, su gran aval resultó el fichaje del medio centro danés Thomas Gravesen, que dotó de equilibrio a la medular con sus dotes para defender, mantener el balón y sumarse, puntualmente, al ataque. Hasta entonces, la política de zidanes y pavones –estrellas contrastadas y jugadores formados en el club– no había dado resultado: el argentino Walter Samuel tardó un tiempo en asentarse en la defensa, al lado de Iván Helguera y Francisco Pavón, y el inglés Jonathan Woodgate, con una lesión muscular, no ha podido debutar en toda la temporada. Otro de los problemas del equipo merengue ha sido la falta de un relevo de garantías para los laterales, Míchel Salgado y Roberto Carlos –el brasileño ha bajado su rendimiento con respecto a otras temporadas–, que han obligado a buscar soluciones improvisadas cuando no han podido jugar. Tampoco el francés Zinedine Zidane, uno de los referentes del equipo, ha podido exhibir con regularidad su clase y su exquisita técnica. Así, uno de los grandes culpables del subcampeonato ha sido Íker Casillas: el guardameta ha sido clave en muchas de las victorias del Real Madrid y, sin duda, se ha ganado la renovación.