MÚSICA
Se estrena en Londres la Ópera ´1984´ con gran éxito de público
Por Fernando Boillos2 min
Cultura07-05-2005
1984 trata del peligro del totalitarismo en un mundo dominado por los avances tecnológicos, y Lepage y Fillion utilizan hábilmente, pero sin abusar en ningún momento de fáciles efectos especiales, cámaras y proyecciones de vídeo. La crítica ha considerado la obra como un proyecto vanidoso y huero.
El conocido maestro de la batuta estadounidense Lorin Maazel, nacido en París, estrenó el martes por la noche en el Covent Garden londinense su ópera prima, y el público le premió generosamente con largos aplausos. De este modo, los espectadores demostraron que nunca es tarde para componer buenas obras ya que el afamado maestro cuanta con la friolera de setenta y cinco años.Maazel es sin duda un maestro del sonido orquestal, y hay una gran riqueza cromática en la partitura, pero al mismo tiempo no puede evitarse una fuerte impresión de pastiche en el resultado final. El mismo autor ha llegado a calificar su obra de "caleidoscópica, panorámica y multifacética" y afirma haber compuesto al estilo de los años treinta, mezclando y fusionando "el folk, y la música de amor cálida y apasionada".Maazel, que dirigió a la orquesta de la Royal Opera House y a un plantel de cantantes entre los que destacaban el magnífico barítono Simon Keenlyside y las sopranos Nancy Gustafson y Diana Damrau, subió al escenario a saludar a una audiencia a la que el espectáculo de cerca de tres horas había visiblemente cautivado en esta su última ópera. Cómo él mismo ha dicho y explicado 1984 se trata de una obra en la que el futurismo y la famosa utopía negativa del escritor George Orwell queda patente en cada una de sus notas.Los efectos especiales y sonoros el anaranjado vestuario de la obra no convenció en absoluto a la crítica londinense, que no dudó en descalificar la obra de Maazel. Por tanto: el Times le da sólo dos de cinco estrellas posibles, el Daily Telegraph la califica de “comida rápida” operística, sin apenas valor nutritivo, pero que satisface el paladar mientras que el más duro de todos, el crítico de The Guardian, habla de "un despilfarro de dinero para un proyecto vanidoso y huero".