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Lucio Gutiérrez, tercer presidente depuesto tras una revuelta popular

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional24-04-2005

Lucio Gutiérrez gestionó bien algunas materias. Lo prueba el siete por ciento que creció la economía del país en 2004. Pero el precio que pagó por la mala administración de otras fue muy alto. El que fuera presidente de Ecuador hasta el miércoles pasado se puso a mucha sociedad civil en contra.

La oposición política y los sindicatos acusaron a Lucio Gutiérrez de hacer del país una “dictadura”. Ese calificativo fue ratificado por el 82 por ciento de los ecuatorianos que calificaba a Gutiérrez de “dictador” según una encuesta hecha pública antes de la semana pasada. No es la primera vez que se aplica a un presidente de Ecuador un calificativo tan crítico. En 1997, la opinión pública ecuatoriana se movilizó para apoyar la decisión del Congreso de destituir a Abdalá Bucaram, el presidente ecuatoriano por aquel entonces. El Congreso destituyó a Bucaram por “incapacidad mental para gobernar”. Desde los días en que los manifestantes apoyaron esta inhabilitación, a Bucaram se le llama “El Loco”. Además Bucaram fue incuplado por corrución. El caso de “El Loco” fue el primero de los tres presidentes que en nueve años han abandonado el cargo. Fabián Alarcón, el vicepresidente durante la presidencia de Bucaram sucedió al “incapacitado mental”. Alarcón también fue inculpado por corrupción, pero posteriormente se demostró su inocecia. Tras Alarcón, quién ocupó el Palacio de Carondelet, el palacio presidencial de Quito, fue Jamil Mahuad, quien estuvo al frente del país durane dos años. Mahuad ocupó la Presidencia a pesar de las impopulares medidas económicas que tomó el Ejecutivo como la congelación de los fondos de los cuidadanos ecuatorianos y la dolarización. Semejantes decisiones tuvieron una repercusión demográfica no menos traumatizante. Medio millón de ecuatorianos abandonaron su país, de poco más de 13 millones, para buscar trabajo. Los abusos de poder de Jamil Mahuad también le costaron el puesto en 2000. Las protestas las lideró el ahora depuesto Lucio Gutiérrez. Éste y su antecesor, Gustavo Noboa, actuaron de forma dificilmente calificable de democrática. Cosa que los ecuatorianos no parecen estar dispuestos a tolerar. Prueba de ello son las manifestaciones de la semana pasada. Los ecuatorianos también reivindican un artículo de la Constitución ecuatoriana que resaltó recién elegido Lucio Gutiérrez. Hoy resulta paradójico, Gutiérrez dijo casi tras estrenar la Presidencia: “En nuestra Constitución hay un artículo en donde el Estado garantiza el derecho de los pueblos a rebelarse contra los gobiernos represivos”.