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NUEVO PONTIFICADO

Benedicto XVI comienza una carrera de fondo para conseguir la confianza de los medios

Por Cristina FuertesTiempo de lectura2 min
Comunicación25-04-2005

Al nuevo Papa de la Iglesia católica le espera un pontificado lleno de retos y desafíos para convertirse en el líder carismático que fue su antecesor, Juan Pablo II.

La buena nueva del nombramiento del Papa paralizó el mundo por unos instantes. Después de que la fumata blanca apareciera por la chimenea de la capilla Sixtina, millones de medios de comunicación de todo el mundo recogieron la imagen del nuevo guardián de la Iglesia católica. Joseph Ratzinger, bautizado con el nombre de Benedicto XVI, apareció en el balcón para presentarse a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Entre los católicos, la noticia sorprendió a unos y decepcionó a los que esperaban un cambio. Con el presente panorama, el antecesor de uno de los Papas más queridos por toda la comunidad internacional, se enfrenta a la tarea de conseguir el favor de los medios de comunicación. Muchos expertos en la Iglesia católica han afirmado que es necesario que continúe con los viajes apostólicos y que posiblemente tenga que moderar su discurso. Pero sobre todo, el nuevo Papa deberá estar al día de las tecnologías de la información y presentarse a los medios de comunicación como una persona accesible y cercana. El decano de Colegio Cardenalicio y por 23 años Prefecto de la Congregación para la Fe llega al trono de la iglesia para suceder a uno de los Papas más carismáticos de la Historia. Ahora más que nunca, Benedicto XVI conoce el poder de los medios y sabe que el buen trato con ellos le permitirá proyectar hacia el exterior el carisma que en un primer momento le ha faltado. Con este conocimiento, el nuevo Papa ha recibido a todos los medios de comunicación de todo el mundo antes de que se celebrara la ceremonia de coronación. Allí, Benedicto XVI agradeció el servicio que prestan los medios a la sociedad y a la Iglesia Católica y se mostró proclive a continuar el “afectuoso diálogo” con el mundo de la comunicación que mantenía su predecesor Juan Pablo II. Asimismo, reconoció el trabajo de los periodistas durante la enfermedad y la muerte del anterior Papa y recalcó la importancia que tienen en la actualidad “las modernas comunicaciones sociales. El discurso realizado se llevó a cabo en cuatro idiomas. Sin embargo, entre ellos no estuvo el español. Un hecho que provocó la sorpresa entre los asistentes y decepción entre los medios de comunicación españoles e iberoamericanos. Un mal paso en la carrera del nuevo Papa para conseguir la confianza del mundo católico, si se tiene en cuenta que la comunidad hispano-hablante es la que más seguidores tiene la Iglesia católica.