ARQUITECTURA
Antonio Fernández Alba obtiene el Premio Nacional de Arquitectura 2003
Por Marta Escavias de Carvajal Gómez2 min
Cultura07-03-2005
El jurado, presidido por la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, ha querido reconocer una vida profesional dedicada a la arquitectura, así como "la labor profesional de un arquitecto español que, en su trabajo, ha venido creando ciudad, para que los ciudadanos dispongan de calidad en las edificaciones".
Académico de Bellas Artes, Antonio Fernández Alba se alza por segunda vez con el Premio Nacional de Arquitectura, que ya recibió en 1963. Entre sus principales obras figuran numerosas restauraciones, como la del Observatorio de Madrid, por la que recibió el Premio Nacional de Restauración, y el Pabellón Villanueva del Jardín Botánico de Madrid, la cúpula de la Real Clerecía Salmantina, además de la Plaza Mayor de Salamanca o la sede del Museo Reina Sofía de Madrid. Fernández Alba nació en 1927 en Salamanca y dos décadas después se trasladó a Madrid, donde obtuvo el título de la Escuela de Arquitectura en 1957 y se doctoró en 1963. Ha sido profesor de la misma cerca de 40 años y catedrático de Elementos de Composición desde 1970. Durante su etapa universitaria fue miembro del grupo El Paso. Sus primeros trabajos de edificación guardan relación con las corrientes arquitectónicas organicistas de autores como Frank Lloyd Wright, Haring y Alvar Aalto, y con una indagación en torno al significado del espacio arquitectónico en las sociedades modernas. El arquitecto premiado, que se ha mantenido siempre alejado de las modas y de la publicidad de los medios, destaca por su independencia crítica y concibe el trabajo arquitectónico dentro de la búsqueda de conocimiento del hombre y fuera de procesos mercantiles. Muy crítico con la arquitectura de finales del siglo XX, es también autor de libros como Diseño, entre la teoría y la praxis; La crisis de la arquitectura contemporánea en España; Crónicas del espacio perdido, Domus Aurea. Diálogos en casa de Virgilio o La ciudad herida (2001). Con una larga e intensa trayectoria, en la que figuran numerosas restauraciones, como la del Observatorio de Madrid, por la que recibió el Premio Nacional de Restauración, y el Pabellón Villanueva del Jardín Botánico de Madrid, la cúpula de la Real Clerecía Salmantina, además de la Plaza Mayor de Salamanca o la sede del Museo Reina Sofía de Madrid, cree que la mercantilización es uno de los males que han invadido el campo de la arquitectura. Su trabajo está caracterizado por la excelencia constructiva de su obra arquitectónica, su constante compromiso con la vanguardia intelectual y la crítica analítica moderna, y su dilatada e influyente experiencia docente. Entre sus últimas obras figuran también el Campus de la Universidad Jaime I (Castellón 1990); Anfiteatro en el Parque de las Naciones (Madrid 1992); Tanatorio Municipal en el recinto de la Alhambra de Granada (Cementerio de San José) y el Centro de Investigaciones Biológicas de C.S.I.C. (Madrid 2000).