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11-M

Madrid recuerda a las víctimas en el aniversario de los atentados

Fotografía
Por Sandra CarreteroTiempo de lectura2 min
Sociedad06-03-2005

España no olvidará uno de los días más terribles de su historia. El reloj apenas pasaba de las siete y media de la mañana pero como todos los días Madrid ya se había despertado. Era el 11 de marzo de 2004, fecha en la que el terrorismo quiso acabar con la vida de 192 personas, herir a más de 1.500 y dejar consternados a todos los españoles que se unieron bajo la bandera de la solidaridad.

El viernes día 11 de marzo hace un año del atentado. El país entero calla durante cinco minutos. Su silencio es señal de duelo por aquellos amigos, padres, parejas, hijos y en general, personas que se vieron sorprendidas por la muerte por el terrorismo. Aquella mañana la sociedad se unió bajo la solidaridad y el sentimiento humano de dolor y de impotencia. Es el día de luto nacional, para los que lo sufrieron y salieron con vida y para quienes perdieron a alguno de los suyos. No habrá diferencias entre el próximo 11 de marzo y los últimos 365 días que ya han vivido porque guardan ese dolor que sólo se conoce cuando se pierde a un ser querido y que se hace todavía más incomprensible si la muerte llega bajo el terrorismo. De los más de 1.500 heridos, prácticamente todos han necesitado ayuda para salir adelante en sus vidas porque tenían un sentimiento de culpabilidad por haber sobrevivido a la terrible masacre. Otros han perdido la audición debido a la explosión o algún miembro de su cuerpo, y han tenido que aprender a vivir marcados por las señales del terror. Otros afectados han necesitado ayuda psicológica para poder volver a subirse a un tren, continuar con su trabajo y volver a recuperar la sonrisa. En los lugares donde explotaron las bombas todavía está próximo el recuerdo de aquel día negro. Un vecino del barrio de Santa Eugenia, una de las zonas donde explosionó uno de los trenes, comenta que cada vez que se oye un estruendo, sus hijos le preguntan si es una bomba. Otro vecino del Pozo del Tío Raimundo siente miedo cuando va por la calle. Aún no ha conseguido volver a subirse a un tren. Una señora del barrio de Atocha continúa en tratamiento psicológico por lo vivido aquel día y afirma que "es difícil olvidar, pero más difícil es arrancarle una sonrisa cada día a la vida". Los niños tienen la facilidad de olvidar rápidamente, pero los adultos no. Por eso, muchos de los que perdieron a alguien el 11 de marzo de 2004 o vivieron el día más trágico de sus vidas continúan en tratamientos psicológicos para superar el trauma, para olvidar el horror o simplemente para aprender a sobrellevarlo cada día y conseguir algún día volver a ser quienes fueron antes del nefasto 11-M.