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INTERNACIONAL

El FMI no augura perspectivas de crecimiento

Por Alejandra RedondoTiempo de lectura1 min
Economía20-09-2003

Como uno de los jueces de máxima importancia que reinan en el devenir de las economías mundiales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado hace apenas unos días el informe de perspectivas mundiales en el que, de nuevo, alerta sobre la mala gestión de algunos de los gobiernos europeos que, de seguir así, llevarán al traste no sólo a la zona euro sino también a la mayoría de los países del mundo.

Según afirmó Kenneth Rogoff, economista jefe del organismo, "la economía mundial afronta crecientes desequilibrios y una continua dependencia del crecimiento de EE.UU.". A la vez, Rogoff auguró una nueva depreciación del dólar dado el elevado déficit por cuenta corriente que posee el país. Éste es uno de los factores que varias fuentes apuntan como determinante a la hora de que Europa vuelva a ser quien era. Siempre dependientes de la mayor potencia mundial, si el ajuste de la divisa estadounidense se produce sólo a costa del euro, como hasta ahora, "la recuperación de la zona euro está seriamente amenazada", tal y como así lo confirmaba Rogoff. Las previsiones no son alentadoras y las cifras así lo confirman. De este modo, el Fondo ha reducido en seis décimas su previsión de crecimiento en la eurozona para este año y cuatro para el próximo. Además, el economista jefe del ejecutivo ha instado al Banco Central Europeo (BCE) a desempeñar un papel si cabe más activo a fin de evitar en la medida de lo posible que la debilidad de los países individuales lastre a toda la región. Así, se requiere mayor atención personal que, según el FMI, no debe recaer en una mayor dureza en la interpretación de las normas presentes en el Pacto de Estabilidad. Se ha sugerido además la presencia de los países asiáticos de mayor desarrollo en sus cuentas como posible factor de un arranque europeo tan preciso y necesario. A pesar de que EE.UU. sigue víctima de la debilidad, con un deterioro de la balanza fiscal, entre otros, los ánimos españoles están más calmados ante la buena marcha económica con un crecimiento del 2,8 por ciento previsto para el próximo ejercicio. Nueve años de crecimiento consecutivo que muchos desearían registrar en sus balances finales.