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BALONMANO

España, en octavos del Mundial femenino

Por Pedro Luis MeleroTiempo de lectura1 min
Deportes09-12-2001

En un partido que dominaron de principio a fin, la selección española de balonmano femenino derrotó a Congo por diez goles de diferencia (31-21), lo que le permite terminar la primera fase del Mundial de Italia, en tercer lugar del grupo B, por detrás de Hungría, con la que perdieron por 27-23, y la imparable Suecia, vencedora en el duelo directo (24-27).

Las españolas se ganaron el pase a los octavos de final en el penúltimo partido, doblegando a Angola en un choque de infarto (29-28), en el que las españolas supieron afrontar los últimos minutos con mayor oficio y serenidad para imponerse a las angoleñas en los segundos finales. La victoria contra Congo no hace sino rubricar el acceso a la siguiente fase en el tercer lugar, que le asegura un rival más accesible en siguiente ronda. El camino de la selección en esta primera ronda se puede calificar de tranquilo, ya que no tuvo que jugarse la clasificación en el último encuentro, como en un principio se podía prever. Los dos conjuntos que han quedado situados por encima nuestro país, suecas y húngaras, son favoritas para ganar el Mundial, lo que revaloriza mucho más el pase a octavos del combinado español. La decepción fue Rumania, el primer rival de España, del cual se esperaba más por su potencial. El rival en octavos será Francia, segunda del grupo A por detrás de las vigentes campeonas olímpicas, Dinamarca, que se enfrentarán a Angola. Los octavos de final del Mundial, que disputan 24 grupos, los completarán los duelos entre Suecia y Holanda (cuarta del grupo A), China y Hungría, Brasil y Yugoslavia, Noruega y Corea y, por último, Austria contra Eslovenia. Las bazas del combinado español no son demasiadas, pero es un equipo aguerrido, luchador, que sabe a lo que juega. Bajo la dirección de Cristina Mayo, está haciendo soñar a un país que a priori se conformaba con cumplir un papel digno en la competición. No obstante, a pesar de algunos tropiezos, el rendimiento de las españolas en la primera fase invita al optimismo y a la ilusión, aunque la lucha por las medallas no deja de ser un premio.