SIN ESPINAS
La venta del PP
Por Javier de la Rosa2 min
Opinión03-10-2004
Nadie negará que el Partido Popular ha cambiado tras la celebración de su XV Congreso. Que ha mutado es un hecho. Pero la pregunta correcta que hay que hacerse y que hay que hacerle a los votantes del Partido Popular es: ¿en qué ha cambiado? Y de la respuesta que den, encontraremos la verdadera transformación de este partido. Aventuro a pronosticar que el votante potencial medio del PP pondrá cómo ejemplo de tan magna revolución el nuevo color corporativo que vestirá a partir de ahora los rostros de sus candidatos en los carteles de campaña y será el telón de fondo que haga juego con sus corbatas en los mítines electorales. Está claro que el naranja butano está de moda y se lleva mucho. Y si no que se lo digan al enorme éxito promocional y publicitario de ING Direct o Punto Radio. El naranja se queda en la retina del receptor, te diferencia del resto y no disgusta demasiado aunque tampoco agrade. Conclusión: el cambio más significativo del PP y al que a nadie se le escapará es un simple cambio de color, una variación estética, un postizo nuevo, una cambio de imagen. De si la gaviota es más pequeña, si Rajoy es el nuevo presidente del partido, hay una nueva Ejecutiva, si se ha creado la Presidencia de honor para otorgársela por justicia a Aznar, de si se han eliminado las Vicesecretarías, si hay muchas o pocas caras nuevas, de quiénes son ahora los hombres fuertes y quiénes han quedado relegados, etcétera, se habrán enterado muchos menos y se acordarán sólo unos pocos de todos esos potenciales votantes a los que aludimos. Pero esto no es lo peor. Lo peor es que los cambios profundos, las verdaderas renovaciones de una formación que ha estado ocho años en el gobierno, están en el terreno de las ideas. Y de ideas nuevas que además sean tan buenas para justificar que Acebes diga que este es el Congreso de la esperanza, nada de nada. La falta de ideas se suple con duras críticas al adversario político. De los proyectos de verdadero desarrollo del partido, el votante de los populares no sabe nada porque nada se le ha dicho. Unos cientos de afiliados se han tragado las infumables ponencias, el resto sólo sabe que el caso es que el PP ha cambiado. Y sólo eso había que vender además de lo siempre.