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La escasez de traductores frena al FBI para descifrar mensajes relacionados con el terrorismo

Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional03-10-2004

La actuación de las agencias de Inteligencia fue duramente criticada por la comisión del Congreso que investigó los atentados del 11 de septiembre. Si el pasado mes de junio renunciaba de su cargo el director de la CIA, George Tenet, ahora es el FBI el que se ha visto sacudido por informaciones que cuestionan sus medios.

Según se conoció la semana pasada, la agencia federal acumula cientos de miles de horas de grabaciones sonoras en varios idiomas que aún no han podido ser traducidas por falta de medios, según ha revelado una auditoría federal fechada en julio de 2004 por el inspector general del Departamento de Estado. La escasez de expertos en leguas como el árabe o el persa ha provocado que tres años después de los ataques terroristas más virulentos sufridos por los estadounidenses en su propio suelo aún no se hayan descifrado más de 123.000 horas de conversaciones interceptadas y grabadas de posibles sospechosos de terrorismo. Semejante afirmación ratifica las declaraciones del ex director del FBI, Louis Freeh, quien a principios de año ya denunció que los esfuerzos contraterroristas de la agencia, antes del 11 de septiembre, se vieron afectados por la imposibilidad de poder contratar suficientes traductores de los idiomas utilizados por los terroristas. Como ejemplo de este factor, baste decir que dos mensajes grabados un día antes de los atentados afirmaban cosas como “mañana es la hora cero” y “el combate está a punto de comenzar”. Fueron interceptados por la Agencia Nacional de Seguridad y ninguno de ellos pudieron ser traducidos hasta días después de las masacres del ‘World Trade Center’ y el Pentágono. El mencionado informe afirma que el incremento de la plantilla de traductores del FBI experimentado desde el 11-S en idiomas como el paquistaní, el afgano, el árabe o el persa, no ha sido suficiente para desahogar el volumen de documentos que existen y que no han parado de crecer desde entonces. “A pesar del ingreso de más de 620 lingüistas adicionales desde el 11 de septiembre de 2001, el FBI no está examinando casi el 24 por ciento de los documentos interceptados bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera”, afirma el informe. Mucho más si tenemos en cuenta que el volumen de material interceptado por los dispositivos de vigilancia electrónica del FBI aumentó en un 45 por ciento del 2001 al 2003. Finalmente, la auditoría federal deja una impresión nada halagüeña respecto al futuro puesto que afirma que no hay controles adecuados para impedir que los materiales de audio se borren antes de ser traducidos en vista de que que los sistemas de intercepción digital del FBI tienen una capacidad limitada para almacenar datos. Otro de los reveses sufridos por la agencia federal vino en forma de sentencia judicial, ya que un federal de Nueva York declaró la semana pasada anticonstitucional una parte de la ley antiterrorista estadounidense bautizada como 'Patriot Act' por la cual se autorizaba a los agentes a exigir a los proveedores de Internet y las empresas información confidencial sobre sus clientes dentro de sus investigaciones sobre terrorismo.

Fotografía de Chema García