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JUEGOS OLÍMPICOS

Los nuevos desafíos del movimiento olímpico

Por Jesús AlonsoTiempo de lectura2 min
Deportes01-08-2004

Los Juegos más Olímpicos de la historia, por albergarse en la ciudad donde comenzó este gran acontecimiento deportivo, Atenas, no se libran de las suspicacias que generan las dos grandes lacras que afectan al deporte en los últimos tiempos: el dopaje y el terrorismo.

Dos Guerras Mundiales y la posterior Guerra Fría, guerras civiles que han dado lugar a dos Chinas, dos Alemanias, dos Coreas, la Unión Soviética y un sinfín de problemas ajenos al deporte no han impedido que los Juegos Olímpicos de la era moderna se sigan disputando. Ahora nacen dos nuevos enemigos a los que hacer frente: el dopaje y el terrorismo. La diferencia es que ambos actúan desde dentro del deporte o forman parte de él, por lo que son más difíciles de detectar. Estos peligros a los que deben hacer frente las dos grandes partes implicadas: el Comité Olímpico Internacional con su presidente a la cabeza, Jacques Rogge, y el Comité organizador de Atenas 2004, con el ministro de Orden Público griego, Yorgos Vulgarakis, a la cabeza. Plantean un control exhaustivo de deportistas, personal acreditado y de las instalaciones que significará el mayor desembolso económico de seguridad de la historia olímpica, unos mil millones de euros y el despliegue de 70.000 agentes de seguridad. Las cifras vienen auspiciadas por la amenaza terrorista islámica de Al Qaeda tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el 11 de marzo de 2004, y por tratarse de los primeros juegos de verano tras estas masacres. Rogge plantea también la posibilidad de introducir informadores secretos, que estén en contacto con atletas y entrenadores para combatir la producción de esteroides de nuevo diseño como la tetrahidrogestrinona (THG). Estas contundentes medidas y desorbitadas cifras son las marcas más destacables por el momento, ya que Marion Jones, Tim Montgomery, Torri Edwards y Dwain Chambers, entre otros velocistas, brillarán por su ausencia. Jones, con cinco medallas en Sidney 2000 sólo ha conseguido clasificarse para el concurso de salto de longitud. Montgomery, actual plusmarquista mundial de los 100 metros, tampoco se clasificó para dicha prueba. El dopaje, en particular con el último escándalo de los laboratorios californianos BALCO, ha ensombrecido sobre todo la reputación de los grandes velocistas estadounidenses. Un entrenador aparece entre los imputados del caso BALCO: Remi Korchemny, capaz de hacer milagros -después descubiertos y castigados- con sus pupilos, como Kelli White, doble campeona del mundo en 100 y 200 metros en París, que dio positivo poco después por un modafanil; igual que Chryste Gaines, miembro del equipo campeón del mundo y olímpico de relevos 4x100 metros, y como el británico Dwain Chambers, plusmarquista europeo del hectómetro, pendiente de sanción por un positivo por THG. De momento, tanto a Korchemny como a Víctor Conte, propietario de BALCO, se le puede conceder el beneficio de la duda, aunque los laboratorios fueron multados con 772.000 dólares por “conducta ilegal premeditada”, y varios atletas están siendo investigados por la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA).

Fotografía de Jesús Alonso