La guerrilla no teme las medidas de Iyad Alaui
Por Salva Martínez
2 min
Internacional11-07-2004
La violencia se mantiene en Iraq. La semana pasada fue la más violenta tras el traspaso de poder al Ejecutivo iraquí. El miércoles de la segunda semana de gobierno del Iyad Alaui, se hizo público el decreto para hacer frente a la guerrilla.
Tras el traspaso de poder, Iraq ha vivido una semana de relativa calma y otra que casi alcanza el caos absoluto. La semana pasada, la guerrilla actuó a través de ataques, enfrentamientos y sabotajes. El premier iraquí, Iyad Alaui, quiso mostrarse duro ante los iraquíes y ante la Comunidad Internacional. La semana pasada tuvo lugar la publicación de un decreto inspirado en el Patriot Act estadounidense y en las medidas antiterroristas francesas de los años ochenta. De esta forma, Alaui pretendía mostrar una tolerancia cero contra todo aquel que atente contra el régimen impuesto tras la ocupación militar de la coalición liderada por Estados Unidos. Sin embargo, los ataques se hicieron más virulentos el día en que se hizo público el texto jurídico que permitirá en Iraq declarar el estado de emergencia. El miércoles pasado fue necesaria una intervención masiva del Ejército estadounidense en el centro de Bagdad. Helicópteros y blindados estadounidenses se enfrentaron en esta zona a unos 150 combatientes enmascarados. La calle Haifa no fue la única en la que los civiles de Bagdad volvieron a vivir la guerra. Horas antes de que este violento episodio tuviera lugar, una sede del partido de Alaui, la Entente Nacional Iraquí, fue el objetivo de tiros de mortero. Ese día, otros dos obuses de mortero tuvieron como blanco lugares en la capital iraquí: el aeropuerto y el barrio de Dora. El ataque más duro de esta jornada estaba previsto que tuviera lugar en la mezquita chií del barrio comercial de Karada. Pero el coche bomba que tenía unos 750 kilos de explosivos fue descubierto y desactivado. Todos estos incidentes del miércoles tuvieron lugar en Bagdad, pero ese día también se registraron ataques en Mosul y Kirkuk, en el norte del país. Además no sólo el miércoles hubo ataques y enfrentamientos con la guerrilla. El martes de la semana pasada, nueve iraquíes murieron en un atentado en Jalis, a 60 kilómetros al norte de Bagdad. También al norte de la capital, el jueves pasado Al Qaeda se responsabilizó del ataque que costó la vida de cinco soldados estadounidenses y cuatro miembros de la Guardia Civil en Samarra. Está claro, el primer ministro iraquí necesita darse una imagen de hombre que trabaja sin descanso por la seguridad del país que gobierna. El decreto apunta en esta dirección. Sólo así este primer ministro no electo podrá animar las ayudas del FMI, de los donantes -actuales y futuros- y de las empresas europeas en Iraq. Alaui viaja esta semana a Londres y Bruselas para animar las inversiones de empresarios occidentales en Iraq.