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PARTENOGÉNESIS

Creado un ratón a partir de dos hembras

Por Berta BaronaTiempo de lectura1 min
Sociedad21-04-2004

Un equipo de científicos de la Universidad de Agricultura de Tokio ha creado el primer mamífero sin padre. Se trata de un ratón sano y bien formado llamado Kaguya, como un personaje de un cuento japonés, que ya ha tenido su propia descendencia por el método natural. Es el único fruto de 457 óvulos preparados para crear vida mediante la partenogénesis.

El equipo, con Tomohiro Kono a la cabeza, creó a Kaguya a partir de los genes de dos ratones hembras. Esta forma de reproducción que prescinde del macho se denomina partenogénesis y se da en la naturaleza en insectos, reptiles y pájaros. Mediante este procedimiento, un óvulo sin fertilizar que conserva dos sistemas de cromosomas inicia el proceso de división embrionaria de la misma forma que si estuviera fertilizado. El proceso da lugar a las células madre y al desarrollo de la cría. Los científicos manipularon el ADN de las hembras para hacer posible el experimento de forma que dos de sus genes se comportaran como si fueran masculinos. A continuación produjeron numerosos óvulos con esta variación genética y los combinaron con otros normales para simular una fertilización. En total crearon 457 óvulos con capacidad para engendrar ratones, pero únicamente dos dieron sus frutos. Uno de los animales murió en el parto y el otro es Kaguya. Está sano y perfectamente formado y ha tenido crías. El experimento ha tenido eco en la comunidad científica. Algunos expertos han dado la voz de alarma ante la posibilidad de que sea aplicado a la reproducción humana. Pero se trata de un hito por cuanto la alteración de sólo dos genes es capaz de alterar el genoma, y muchos se han mostrado sorprendidos y entusiasmados. Una posible aplicación de este descubrimiento es la reproducción de animales en granjas. También se está estudiando su aplicación a la medicina para combatir diversas enfermedades. Se espera que la estimulación de ovarios humanos no fertilizados pueda cosechar células madre y así evitar la destrucción de embriones.

Fotografía de Berta Barona