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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Un niño

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad25-04-2004

Dicen algunos hombres que las mujeres tenemos el chip de la maternidad y que cuando se activa no hay quien pueda impedir que venga la cigüeña. Para encargar un niño hay que estar preparado. Y eso lo debemos saber todos, tanto ellos como nosotras, pues la vocación de ser padre no es algo que puede aparecer a la ligera. Es tan tópico como verdad eso de que un niño cambia la vida. Según las circunstancias, el nuevo inquilino del hogar la llena de más o menos dudas que hay que solventar, de preguntas más o menos complicadas que hay que responder. La primera, si el niño es la prioridad. Los niños crecen y demandan chuches, luego la paga, después la moto... pero siempre están pidiendo a gritos silenciosos algo más importante, atención. Y la atención, precisamente, no viene colgando del pico de la cigüeña ni en forma de educación, de cuidados de salud, de alimentación, de vestido, de cariño... Muchas veces, en el afán de jugar a ser padres, los hombres y mujeres de nuestros días nos olvidamos de luchar por el mundo que los niños necesitan, en vez de saturarles de televisión, caprichos para crearles necesidades que luego de mayores no sabrán saciar y les hará desgraciados. Junto a la vocación de ser padre, en el mismo envase debería incluirse un manual de instrucciones para lograr un mundo más justo, más solidario y más humano. Pero, según están los inventos -un día de estos va a pensar el hombre en crear a Dios-, la cosa está complicada. Hasta los padres no van a poder serlo. Los hombres no van a hacer falta para que nazca un niño. De momento, el problema planea sobre los ratones.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo