Una enfermedad sin tratamientos
Por Alfredo López Zamora2 min
Sociedad11-04-2004
Un total de 100.000 españoles sufren las consecuencias de la segunda enfermedad neurodegenerativa del país, el Parkinson, sobre todo los mayores de 55 años. Es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta a las zonas del cerebro encargadas de la coordinación y control de los movimientos. Un origen incierto y una imposible curación hace que el tratamiento de esta enfermedad se convierta en un gran enigma.
Se diagnostica un caso y medio por cada 1.000 habitantes, cifra que asciende hasta los cinco entre la población mayor de 65 años. Se cree que la cifra de 100.000 españoles afectados por el Parkinson ascenderá en una década hasta 200.000, debido al aumento de la esperanza de vida. Las causas de esta enfermedad radica en la alteración progresiva en la sustancia nigra del mesencéfalo, éste área es la zona nerviosa que controla y coordina los movimientos. Otro de los factores desencadenantes es la disminución de la dopamina cerebral, sustancia neurotransmisora que transmite impulsos de una célula nerviosa a otra. Las claves principales para controlar esta enfermedad radican en un diagnóstico precoz y un tratamiento integral. Con los medicamentos se pretende controlar los síntomas y suplir la alteración de los transmisores. El más usado es el Levodopa, que proporciona la molécula que el cerebro usa para producir Dopamina, a lo que se le unen otros medicamentos agonistas dopaminérgicos. En cada caso el tratamiento farmacológico es diferente dependiendo de las características del paciente y los síntomas presentados. La realización de ejercicios físicos son muy aconsejables, al igual que seguir un tratamiento psicológico de la situación. Científicos del University College London y colaboradores de otros 13 centros internacionales han identificado un gen que causa una forma de Parkinson hereditario y que se caracteriza por presentarse a una edad muy temprana. Entre los investigadores se encuentra un equipo del Hospital Universitario San Cecilio de Granada. El estudio se basó en observar a un grupo de familias con miembros que desarrollaron la enfermedad a temprana edad e identificaron ese gen que produce una proteína defectuosa. El gen es el PINK1, que cuando se muta codifica una proteína defectuosa, la cual reduce la capacidad de las neuronas para protegerse a sí mismas frente al estrés. "Este descubrimiento nos ayudará a comprender mejor los eventos que conducen a esta enfermedad neurodegenerativa incurable. En realidad representa el comienzo de un nuevo reto para la investigación, para saber qué hace esta proteína cuando es normal y qué hace cuando está mutada", afirmaron los autores del estudio. Así se abren las puertas a nuevas líneas de desarrollo para crear estrategias de tratamiento contra el Parkinson.