SUDÁFRICA

Thabo Mbeki revalida la presidencia y logra la mayor victoria de la democracia sudafricana

Por Lourdes Bustamante1 min

Internacional18-04-2004

Las terceras elecciones generales surafricanas, celebradas el miércoles de la semana pasada, dieron al partido que lideró la ruptura con el apartheid, el Congreso Nacional Africano (CNA), la mayor victoria desde la instauración de la democracia en el país. El CNA contará a partir de ahora con más de dos tercios de los escaños en el Parlamento, con lo que podría reformar la Constitución. Sin embargo, el presidente, Thabo Mbeki, anunció que su partido no tiene la intención de hacerlo.

Los asesinatos y otros actos violentos ocurridos durante la campaña en la provincia de KwaZulu Natal motivaron un impresionante despliegue de las fuerzas de seguridad, unidades de las fuerzas armadas incluidas. Los resultados conceden al CNA cerca del 70 por ciento de los votos y la victoria en las nueve provincias del país, apoyo que asegura al presidente una segunda legislatura. Ante estos datos abrumadores, el Gobierno y la oposición ni siquiera esperaron a los resultados oficiales de la comisión electoral y empezaron de inmediato a dibujar el mapa político del país, no muy distinto al anterior. El país se encuentra azotado por la pobreza, el paro, el sida y la delincuencia. Pese a ello, los analistas creen que la gente aún confía en el partido fundado por Nelson Mandela, el símbolo de la libertad de la comunidad negra. El CNA contará a partir de ahora, si cabe, con un margen mayor para poner en marcha sus reformas. El propio Mbeki afirmó que lo que su partido esperaba de estas elecciones era, precisamente, el apoyo suficiente para acometer sus políticas. Más de 20,6 millones de electores estaban convocados a las urnas para elegir a los 400 miembros del parlamento. Si todo sale como está previsto, Mbeki será reelegido esta semana que viene por la cámara, donde se dará por iniciada la próxima legislatura el próximo 27 de abril, cuando el país celebre el décimo aniversario de sus primeras elecciones democráticas.

Más artículos de Lourdes Bustamante