SIN ESPINAS
Un ejemplo de luz
Por Javier de la Rosa
3 min
Opinión08-03-2004
Mariam Suárez Illana era la hija mayor del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez. El domingo murió de cáncer a los 41 años. Mariam llevaba once años luchando contra esta terrible enfermedad. A sus 29 años se le diagnóstico un tumor en la mama. En esos momentos, estaba embarazada de su segundo hijo, circunstancia por la que decidió posponer su tratamiento hasta después del nacimiento, a pesar de que los médicos le advirtieron, que de no actuar pronto le quedarían tres meses de vida cómo máximo. Ella no cambió de opinión y esperó hasta que su hijo naciera. Después ha vivido 10 años más. Mariam estuvo acompañada de toda su familia el día de su muerte en la clínica la Luz. En el comunicado de la familia se explicaba que ella estuvo "lúcida hasta el último momento". Estuvo lúcida, murió en la Luz y dio a luz al niño que llevaba en sus entrañas, a pesar de lo que se le venía encima. Y dio luz a los medios de comunicación que valoraron su gesto heroico. Y dio luz a los médicos que admiraron el valor y la humanidad de una joven madre. Y dio luz a su padre, todo un ex presidente de un gobierno que un día aseguró: "La sabiduría humana que he aprendido de mi hija, de su valor, de su resistencia, de su ánimo ha sido la mayor lección moral que he recibido". Y me dio luz a mí, que me admira su valentía y me enseña cómo uno puede ser un ejemplo verdadero, guía, faro que ilumina en un mundo entre tinieblas. Murió como vivió: lucida e iluminando en haces de permanente irradiación. Después de pasar el primer trago, Mariam tuvo el coraje de rememorar paso a paso su travesía por el desierto del dolor y el sufrimiento. Lo hizo en un libro de 228 páginas de luz llamado Diagnostico cáncer y cuyo subtítulo, Mi lucha por la vida refleja el espíritu combativo de este ser humano. Ella decía que, quizá, la misión de la enfermedad era ayudar a los demás con ese libro. Y se quedó muy corta. Su lección de Heroísmo, Coraje, Fe, Esperanza y Amor a los demás sólo puede escribirse con mayúsculas. Nadie que la haya conocido podrá entender estas palabras como un cumplido. Estoy seguro de que esos 10 años que ha podido disfrutar de su hijo pequeño son ya una gran recompensa a su generosidad. Ella invirtió en vida en tiempos en los que se apoyan y promocionan las excusas para acabar con 77.000 vidas al año. Esta es la cifra de abortos, sólo en nuestro país, durante el año 2002. Un 10 por ciento más que el año anterior. El inmenso porcentaje de esos casos no tienen nada que ver con violaciones, ni peligra la vida de la madre como en el caso de Mariam. Son simplemente embarazos no deseados pero mucho más asequible que el que vivió esta gran mujer. Su fruto fue el triunfo de la vida, lo demás sólo engendra Muerte.
