Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

EL REDCUADRO

Candidato a nada

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión08-03-2004

Decididamente, no tenemos memoria. Menos mal que a veces la suplimos con un vídeo, en una nación donde las calles están llenas de lápidas que evocan cosas y de estatuas de señores que rememoran hechos, obras o ideas, pero donde no nos acordamos de nada. Y si nos acordamos, es para mal. Para bien nos acordamos de muy poquitas cosas. El vídeo que digo suplió la memoria en el mismo lugar donde se produjeron los hechos, hace ya quince años. Fue proyectado en el Palacio de Congresos de Sevilla, en un acto convocado por el PP incomprensiblemente como a cencerros tapados, sin un solo anuncio, como temiendo no llegar a reunir, como Zapatero, cuatrocientos autobuses. Estamos midiendo la asistencia a los mítines no por miles de criaturas, sino por cientos de autobuses, así de gordos son los brochazos de los que quieren coger la escalera para ofrecer sus peldaños a quienes se sientan a pactar con la ETA como si tal cosa. Allí, en el Palacio de Congresos de Sevilla, estaba ayer Aznar. Exactamente igual que otra mañana sevillana de 1990 en que el PP celebraba el congreso de la refundación. La derecha española no se quitó de encima hasta 1990 el complejo que la tuvo vergonzante desde 1975. En 1990, el PP con Aznar, hizo algo tan difícil como aplicar a la derecha, ya que estaban en Sevilla, la copla de los hermanos Alvarez Quintero: "Merecía esta serrana/que la fundieran de nuevo/como funden las campanas". Para mí que al PP Aznar lo fundió de nuevo, no lo refundo, a partir de 1990. Allí mismo, en aquellas naves como de inspirar confianza para vender coches de segunda mano, Aznar tomó en 1990 la responsabilidad de ofrecer a España un modelo de gobernación sin corrupción, sin crimen de Estado, sin paro, sin agujero en la Seguridad Social, sin déficit publico y haciendo las menores tonterías posibles para colocarnos donde debíamos ante Europa. Allí mismo, en aquel lugar donde hubo una vez una cosa de la derecha nacional que se llamaba Fraga, Aznar, sin que nadie se lo pidiera, rindió cuentas ayer de lo hecho desde 1990. Echo atrás la moviola y yo que estuve allí hace quince años habré de rememorar que entonces en 1990, con el felipismo en todo lo alto, parecía imposible que un señor en nombre de la derecha llevara a España a la prosperidad económica y a las libertades, por no decir que iba a suprimir la mili obligatoria e iba a hacer crecer a nuestra nación el doble que las que más de la Unión Europea. En 1990 parecía imposible que nos quitáramos de encima a González. Parecía exactamente tan imposible como quitarnos ahora de encima a Chaves en Andalucía. Y este señor que tal ha logrado, que además dijo que se iba en el 2004 y ya tiene hechas las maletas, ayer hizo balance y no se arrogó mérito alguno. Dejó el mérito para su partido y los millones de españoles que lo votaron. Y anunciando que iba a hacer de Aznar hasta el final, aclaró que hablaba en el mitin como candidato a nada. Preciosa candidatura. Sobre todo cuando la nada ha sido ni más ni menos que hacer realidad un sueño liberal que en 1990 parecía imposible.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor