Las aves migratorias, transmisoras de la gripe aviaria
Por Alfredo López Zamora2 min
Sociedad25-01-2004
La denominada gripe aviaria es una enfermedad infecciosa originada por el virus de la gripe tipo A. Todas las aves son susceptibles de sufrir la infección, pudiéndose desarrollar de varias formas, unas más benignas que otras. La más radical se caracteriza por su rápido desarrollo, que lleva a la muerte al 100 por cien de los infectados.
El origen de la gripe aviaria radica en las aves migratorias. Es la especie natural donde vive el virus de la gripe y son los animales más resistentes a la infección. Por el contrario, las aves de corral, como los pollos y los pavos, son muy susceptibles de contraer la forma más grave de esta enfermedad. La transmisión se basa en un contacto directo entre las aves migratorias y las de corral. El paso de la enfermeada hasta el organismo humano se cree que consiste en un contacto con las heces de estos animales, tanto si se tocan como si se inhala el virus que contienen los excrementos. Esto es debido a que las aves infectadas expulsan el virus a través de las heces durante diez días, característica defensiva que el cuerpo humano no posee ya que nunca ha estado en contacto con este virus. Aún no se ha detectado ninguna transmisión de persona a persona. Los síntomas de la enfermedad son similares a los de la gripe común: dolores de cabeza y garganta, fiebre y tos seca.... En los casos más graves que finalizaron con la muerte se llegó a una neumonía grave. El tratamiento actual se basa en antivirales, analgésicos y antitérmicos que sólo actúan en el origen de la infección. Pero hasta que no se tenga una vacuna para radicar la enfermedad sólo se puede actuar en el foco de la enfermedad. Se han introducido numerosas medidas higiénicas, como limpiezas periódicas y vacunaciones, en los mercados de animales vivos, muy habituales en países asiáticos. También se estudia la posibilidad de cerrar definitivamente este tipo de mercados, aunque esta alternativa no es viable ya que los mercados se sitúan en países pobres a los que se dejaría sin trabajo a la mayor parte de la población. Esta enfermedad fue catalogada por primera vez hace 100 años en Italia. Pero la infección a los seres humanos apareció en 1997 en Hong Kong, año en que murieron seis personas y 18 se infectaron. Para radicar la propagación se sacrificaron más de 1,5 millones de aves de granja y corral. Otro brote se produjo el año pasado en la misma ciudad, que provocó la infección de dos personas y la muerte de otra que había viajado al sureste de China. El mismo año apareció otro brote, más grave que el anterior, en Holanda y concluyó con la muerte de un veterinario y la infección de 83 personas. Sin controles estas epidemias podrían prolongarse durante años. Un ejemplo sería el caso de México que en 1992 sufrió un brote y no se controló hasta 1995 cuando ya se había convertido en una epidemia altamente mortal.