SIN ESPINAS
Llega la Navidad
Por Javier de la Rosa2 min
Opinión21-12-2003
Ese momento de alegría, gozo y fraternidad tan especial. Una fiesta en la que toda la familia se junta para decirse lo mucho que se quiere y lo mucho que se ha echado de menos durante el año. ¡Corten! Hasta aquí estas palabras suenan a topicazo. Ya es hasta una vulgaridad decir que la Navidad es una hipocresía y que sólo sirve para que los grandes almacenes hagan su agosto. Cada año se repite. Sin embargo, la verdad es que de la Navidad, como de las grandes cosas de la vida, hay que hablar poco y vivirla más. Todas esas palabras del principio -alegría, gozo, fraternidad y unión familiar- hay que experimentarlas durante todos los días del año. De tal manera que si no tienes la oportunidad de conservarlas todo el tiempo, esta época es un gran momento para empezar a generar tal realidad entorno de ti y de los tuyos. Y si ni siquiera el contexto, la oportunidad que te da la Navidad es suficiente para que fomentes ese espíritu, no le eches la culpa a la Navidad; porque el problema lo tienes tú. Vivimos una época vaciada de contenido, aunque no vacía. Todos los hombres tenemos un don: ese espacio libre y permanente en nuestro corazón para llenarnos si queremos. Llenarnos de alegría, de gozo y de fraternidad; todos hijos del Amor para quien elige amar. El otro día me dijo un amigo norteamericano que no entendía cómo era posible que en España hubiera tanta pasión por el fútbol. Yo le contesté: tal vez no lo entiendas porque no conoces las reglas del juego, la habilidad que ha de tener Zidane para hacer lo que hace con un cuerpo redondo en sus pies, la alegría de toda una ciudad porque su equipo ha vencido al rival de toda la vida. Tal vez porque no conoces todo el contexto que rodea a la fiesta del fútbol en España. En estos tiempos, hasta los adultos nos comportamos como niños caprichosos; queremos que las cosas sean con sólo nombrarlas. Estamos acostumbrados a satisfacer nuestros deseos más primarios inmediatamente. Quiero tal coche, tal moto, cual vaquero, ese jersey, aquella falda, ese look, aquella colonia cara para ser como aquella actriz. Sin embargo, no se ama de verdad lo que no se conoce de verdad y no se conoce de verdad lo que no se quiere conocer. Llega la Navidad y ojalá que ese sea el deseo que se te cumpla: conocer lo que significa para poder amarla, para poder vivirla.