SIN CONCESIONES
La ley del más fuerte
Por Pablo A. Iglesias1 min
Opinión30-11-2003
Hay dos cosas que no soporto en la vida. Una es la mentira. La otra es la injusticia. Soy un tolerante intolerante con todo el que falsea la verdad y viola el principio de igualdad ante la ley. No aguanto ni la censura ni la opacidad ni la hipocresía ni la difamación ni la demagogia. No entiendo al juez que olvida las reglas. Tampoco, al árbitro que obvia dos penaltis. Las leyes están para cumplirse. Y las leyes son iguales para todos. Cuando el indefenso comete un crimen va a la cárcel. Pero cuando el poderoso cae en la irregularidad queda impune. ¡Menudo ejemplo! ¡Menuda falsa democracia! El precio de la condena lo determina el dios dinero. Si el reo es Michael Jackson, evita la cárcel con una fianza de tres millones de dólares. Si los delincuentes son los gobiernos de Francia y Alemania, esquivan las sanciones por la importancia en la Unión Europea de su Producto Interior Bruto. Ya está bien de injusticias. Ya está bien de que siempre paguen los mismos. Ya está bien. Tomaduras de pelo, las justas. La ley está hecha para todos. El favoritismo de Bruselas con Chirac y Schröder resulta vergonzoso. Alemanes y franceses se reparten el poder de la Unión Europea, pactan los puestos de responsabilidad, se adueñan de iniciativas comunitarias y, encima, presumen de pacifistas y avanzados. Son la economía más poderosa del continente pero llevan años en crisis. Gastan a mansalvas y son incapaces de sanear las cuentas. Hacen caso omiso de las reglas que marca Europa. Creen que tienen carta blanca. Incumplen la ley y esquivan la condena. No es cuestión de envidia, sino de justicia. Cosas como ésta enervan a cualquiera.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito