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EL REDCUADRO

El mundo es de los nolacos

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión16-11-2003

Así que sale el tío, un florista mexicano con muy poca vergüenza, y dice que como en España no hay huerta murciana, ni flor cortada de Chipiona, ni viveros de Galicia, desde la Casa de S.M. le han encargado gardenias para ti para la boda y alcatraces, muchos alcatraces. Hablando de alcatraces: qué pájaros. Los dos, los alcatraces y el mexicano que dice que le han encargado los alcatraces y las gardenias. Desde la Casa del Rey han desmentido inmediatamente la noticia. En este mundo de aprovechados, me temo que se van a volver locos como tengan que dar un desmentido a cada oportunista. No van a parar. Yo he visto con estos ojos cómo salía por televisión un señor y decían muy serios y muy solemnes que ya había sido invitado a la boda. Menos mal que la Casa no entró al trapo y no dio el habitual desmentido: "Ni siquiera se ha reunido la comisión que hará el expurgo de las listas." Pero como todo lo que dicen por televisión, el nuevo púlpito de la verdad revelada, lo afirme quien lo afirme y sea en el programa que sea, es convertido inmediatamente en dogma, pues a ese señor que digo ya la gente hasta lo para por la calle y lo felicita: "Enhorabuena, que me he enterado que el Rey te ha invitado a la boda..." Y el otro, claro, dándose importancia, pues, ¿a qué va a dar tampoco un desmentido? Y como la realidad imita al arte, estoy seguro de que al final lo acabarán convidando a la boda. Entre el florista y la invitación, queda claro que del Rey abajo y del Rey arriba nadie se libra de la impunidad de la mentira, que ahora tiene las piernas larguísimas. No hablo ya de Inglaterra y del Príncipe Carlos, que está lejísimos. Hablo de España y de los señores corrientes. Usted, don Pepito Pérez, que es un señor normal, felizmente casado, que tiene su trabajo y su prestigio profesional, está expuesto a que mañana un nolaco salga por televisión y diga: "¿Ah, pero no sabes lo de Pepito Pérez? Pues que a Pepito Pérez lo han cogido liado con un bombero. ¿Y no sabes lo del sida? Pues que Pepito Pérez tiene sida..." Y desde ese mismo instante, Pepito Pérez se queda con su bombero y con su sida como España se quedó sin Cuba. Se impone una ley general contra el "nolaco". Estamos impunemente en manos del nolaco español o hispánico. El nolaco larga su embuste mediático, y échale un galgo para desmentirlo. ¿Que no sabe usted qué es un nolaco? Un viejo arquetipo de la galería de la poca vergüenza de mi tierra: "Ese es un nolaco". Nolaco es un apócope. Es el apócope de "no-la-conoce". ¿El qué? ¿Pues qué va a ser? ¡La vergüenza!

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor