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PRESUPUESTOS

Montoro apuesta por unas cuentas claras “para que Rajoy las aplique”

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía05-10-2003

A un lado, estará el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. Al otro, aún no se sabe si el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, o el próximo candidato del PP a la presidencia en las generales, Mariano Rajoy. En el medio, 17.802 páginas distribuidas en 17 tomos que pesan, en total, 50 kilos: los Presupuestos Generales del Estado para el 2004.

Dice Montoro que las cuentas para el 2004 son diáfanas, listas “para que Rajoy las aplique”. Los presupuestos volverán a perseguir el déficit cero, apoyándose en un crecimiento del Producto Interior Bruto del tres por ciento y una inflación del dos por ciento. Además, el Gobierno quiere crear más empleo e invertir en políticas sociales. De todas formas, el 47 por ciento de las cuentas se las llevarán las comunidades autónomas, un porcentaje que ha ido aumentando con el proceso de descentralización (en 1978, tan sólo gastaban el nueve por ciento del presupuesto). Los mayoría de los expertos consultados en el Consenso Económico de Pricewaterhouse&Coopers para el último trimestre del 2003 consideran que las cuentas españolas para el año que viene están marcadas por la cercanía de las elecciones generales. Sin embargo, el 66 por ciento las califica de “razonables”, si bien opina que la inflación será entre medio y un punto más alta de lo que espera el Gobierno. El secretario de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, ha atacado el proyecto presupuestario por el flanco de las actividades no recogidas en las cuentas en las que sí participa el Ejecutivo. Sevilla asegura que la deuda del Estado crece a causa de los “agujeros” que debe cerrar en RTVE o en el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), y esto provoca un “déficit oculto” que no reflejan las cuentas estatales. Además, para Sevilla el gasto social es ínfimo comparado con otros países de la UE: según Eurostat, España está en el penúltimo lugar según el porcentaje del PIB destinado a financiar las pensiones (9,9 por ciento), y en el antepenúltimo en las prestaciones por vejez. Para rematar, España gasta en investigación y desarrollo un 0,97 por ciento del PIB, “menos que en países en desarrollo como Vietnam”, afirma Sevilla. Montoro ha replicado que las inversiones en empresas públicas son créditos que éstos terminan devolviendo a través de la construcción de infraestructuras, y que no tienen por qué recogerse en los presupuestos. Asimismo, con la caída de los tipos de interés, el Gobierno tendrá que gastarse menos en pagar las rentas de la deuda pública, tan sólo un 2,4 por ciento del PIB.

Fotografía de Gema Diego