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Continúan las investigaciones para combatir la neumonía atípica

Por Alfredo López ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad13-09-2003

El causante de la neumonía atípica es un coronavirus altamente mutable. Hasta el momento sigue siendo una incógnita, aunque avances como el descubrimiento de su secuencia genética van a ayudar a los estudios que pretenden acabar con la enfermedad.

El representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que "los científicos aún no han descubierto un remedio efectivo contra el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG). No disponemos de un fármaco milagroso que nos garantice la inmunidad, por lo que la prevención se ha convertido en el arma más valiosa". La revista Science ha publicado que dos grupos de investigadores han producido las secuencias del genoma de la neumonía atípica. Este descubrimiento ayudará a los investigadores en la búsqueda de un medicamento contra la neumonía atípica. La neumonía atípica está causada por un coronavirus hasta el momento desconocido. Es derivado de una familia de virus altamente mutable a la que, hasta el momento, sólo se le habían atribuido enfermedades menores como resfriados o diarreas. La OMS cree que tarde o temprano se producirá una mutación del virus que lo hará especialmente mortífero. Las características concretas todavía están sin desvelarse. Se cree que se transmite entre las personas por vía respiratoria, a través de gotas pequeñas que expulsan los pacientes al respirar o al toser, e incluso a través de objetos en los que las personas ponen sus manos. El período de incubación se establecería entre 2 y 7 días, desconociendo si se trata de un mal de origen viral o bacteriano. Se han aplicado, sin ningún resultado, antivirales y antibióticos potentes para combatirlo. En España las investigaciones hacia la vacuna siguen avanzando. Se está estudiando coronavirus de cerdo ya que se piensa que la trasferencia del virus proviene de los animales. Roche, uno de los grupos mundiales innovadores del sector de la salud, ha desarrollado una prueba para la neumonía asiática. En el centro de investigación en Penzberg (Alemania), en tan sólo ocho semanas, se descubrió que para realizar las pruebas de SRAG había que basarse en la reacción en cadena de la polimerasa (RCP) en tiempo real. La técnica RCP consigue multiplicar cantidades ínfimas de material genético miles de millones de veces en cuestión de horas. Esto permitirá obtener la huella genética, diagnosticar y vigilar la enfermedad, y detectar agentes infecciosos en fases tempranas a la infección.

Fotografía de Alfredo López Zamora