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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Como un equipo de fútbol

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía15-06-2003

Resulta sorprendente, incluso fascinante, bucear hasta los entresijos de un equipo de fútbol, por modesto que éste sea. Llámese Bar Pepe o Real Madrid, el equipo está formado por personas que tienen intereses tan opuestos que pueden conducir a conflictos muy graves. A veces un jugador no está de acuerdo porque el entrenador le ha puesto de portero y él quiere ser delantero centro; inmediatamente se formarán dos bandos, uno le apoyará a él y el otro al técnico. En todo equipo hay futbolistas excelentes y mediocres, hay momentos de celebraciones y otros en los que hay que luchar duramente para salir de los últimos puestos de la competición. Varias historias personales se entrecruzarán durante unas horas al día o a la semana por un objetivo común, pero no todos darán lo mismo, y eso se notará a la hora de repartir beneficios, ya sea un puesto fijo en el campo en una nueva categoría o un sueldo mayor en la siguiente temporada. Hasta el Bar Pepe necesita dinero para jugar todos los domingos, aunque sea para comprar unas camisetas y alquilar un campo durante dos horas, y si va mal su patrocinador se negará a seguirle costeando la diversión. En cambio, si va bien, el patrocinador le cederá gustoso cantidades cada vez más abultadas para que siga paseando su nombre con orgullo. Además, todos los jugadores pasan por momentos de crisis, en los que el apoyo de su entrenador y sus compañeros se torna fundamental. Al igual que los equipos de fútbol, las organizaciones internacionales, los países y sus economías pasan por estos mismos problemas. La UE es casi, casi como el Bar Pepe.

Fotografía de Gema Diego