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CONSUMO

El comercio mundial del 2003, amenazado por la neumonía y la guerra

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura2 min
Economía24-04-2003

El comercio internacional se podría estancar en el 2003. Así lo ha anunciado la Organización Mundial del Comercio (OMC), que achaca este hecho a las incertidumbres que se están generando tras finalizar la guerra en Iraq, y a la neumonía asiática. Si a esto se le añade que el miedo por ataques terroristas no se ha mitigado y las perspectivas laborales en muchos países no prevén un futuro halagüeño, no es de extrañar que el comercio mundial esté amenazado.

La confianza que antes se tenía sobre las instituciones y actuaciones internacionales quedó puesta en duda para muchas personas cuando se declaró la Guerra a Iraq el pasado 20 de marzo. Muchos consumidores, empresarios e inversores están decepcionados y tienen miedo de arriesgar demasiado. Por otra parte, la posguerra y los proyectos sobre Iraq para su reconstrucción están tan difusos que el clima que se está respirando es de absoluto desconcierto. Las consecuencias que se están generando por este malestar continuo no tardarán en llegar, y según la OMC el comercio a nivel mundial va a ser víctima seguro. Así lo ha anunciado la OMC, pero parece ser un hecho tan evidente que hasta la Reserva Federal de EE.UU. ha reconocido que el consumo y las ventas se han reducido en su país, como efecto de la guerra. Y lo mismo ocurre y ocurrirá conforme vaya discurriendo el 2003, ya que tan sólo crecerán los intercambios globales, exportaciones e importaciones, entre un dos y un tres por ciento como máximo (parecido al 2002). Pero para muchos países asiáticos el tema de la guerra ha pasado a un segundo plano. Sus economías ahora están pendientes de la evolución del síndrome respiratorio agudo severo, SRAS, conocido como neumonía atípica. De él nada se conoce a excepción de que arrasa allá donde va, enferma y mata a personas. Es este desconocimiento lo que descontrola más la situación, tanto humana como económicamente. En China y en Hong Kong el desastre que este virus está provocando es especialmente alarmante. Medidas como permanecer en cuarentena, ir con mascarilla o cerrar escuelas provocan caos entre la población, que no saben cuando se erradicará la enfermedad. Pero no lo saben ellos ni nadie. Hasta que esto quede determinado, y según el tiempo que conlleve, la economía de los países del Asia-Pacífico se verán más o menos afectadas, en especial los sectores turísticos, servicios y transporte. Una mala pasada para países como China, que el año pasado lograba emerger a la vida internacional aumentando en un 20 por ciento sus negocios comerciales.

Fotografía de Ana Romero Vicente