ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
De las FARC a la FARC
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional26-02-2018
Dicen que la verdad acaba aflorando. Suele suceder así, aunque haya que esperar mucho tiempo. En el caso de Colombia, no se ha tardado tanto en descubrirse parte del entramado financiero que controlaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En plena transición de la guerrilla para dejar las armas e incorporarse a la política, y a solo unos meses de las elecciones presidenciales, las autoridades han desmantelado una trama que servía para lavar dinero de las FARC, a través de supermercados. Además, han confiscado bienes de testaferros por un valor que ronda los 200 millones de dólares.
Lo que empieza siendo un ideal guerrillero acaba convirtiéndose en una forma de vida y de enriquecimiento para los dirigentes. En el caso de Colombia, además, había abundante materia prima de fácil acceso y que generaba cuantiosos beneficios: la droga.
Es de agradecer que las autoridades colombianas sigan investigando todo lo generado por las FARC, a pesar del acuerdo de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla. Este pacto, beneficioso para las FARC, ya supuso quebraderos de cabeza para Santos cuando fue rechazado en referéndum y que, como consecuencia de ello, hubo que modificar para que no pareciera que se estaba poniendo una alfombra roja a la organización narcoterrorista.
Las FARC han estado más de 50 años cometiendo atentados indiscriminados, asesinando a militares, a policías, a políticos, a civiles..., secuestrando y manteniendo en condiciones infrahumanas a sus cautivos y participando en el negocio del narcotráfico, entre otras actividades delictivas. Y los colombianos llevan todo ese tiempo sufriendo, aguantando, dando la vida por defender el Estado de Derecho, emigrando por el miedo...
Es normal que este recuerdo tan reciente siga estando muy presente en la sociedad. Hay que tener unas tragaderas enormes o una inmensa capacidad de perdón para que a un colombiano de bien no se le revuelvan las tripas al ver cómo en las próximas elecciones presidenciales se presentan algunos de los líderes más sanguinarios de la guerrilla.
Además, en un alarde de originalidad, como si quisieran hacer recordar su sanguinario pasado, los líderes de las FARC han llamado a su nuevo partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, sí también sus siglas son FARC. Y el candidato a la Presidencia es Rodrigo Londoño, Timochenko, con cientos de asesinatos a sus espaldas.
La crispación y la sensación de impunidad están presentes en una parte de la sociedad colombiana. La inmensa mayoría de los descontentos se resigna, pero hay otros (por iniciativa propia o alentados por grupos extremistas) que no lo hacen y ya están boicoteando los mítines de la FARC. Este clima de tensión es idóneo para que surja violencia y se desestabilice el país. Ojalá que la situación se calme y que la población muestre en la urnas su rechazo a la FARC para que esta organización obtenga la menor representación posible y acabe convirtiéndose en un partido residual.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD