ANÁLISIS DE SOCIEDAD
El astronauta
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad01-11-2017
"Yo pensaba que el hombre era grande por su poder, grande por su saber, grande por su valor. Yo pensaba que el hombre era grande y me equivoqué, pues grande sólo es Dios". No lo digo yo. Lo dice la letra de una canción machacona y guitarrera del coro de misa que conocemos como El astronauta. Sí, alguna vez la cantamos en esa cita de los domingos a la que va alguien más que un puñado de abuelas. Y la cancioncita, a pesar de tener sus años, está de plena actualidad.
Hace unos días, el papa Francisco hablaba con un grupo de astronautas de la Estación Espacial Internacional. En Twitter, el responsable de prensa del Vaticano comentaba sublimemente la histórica fotografía de Bergoglio en su viejo escritorio frente al plasma con la imagen de L'Osservatore Romano de ese grupo de hombres rodeados de la última tecnología: "Huston, habemus Papam".
Durante la conversación, que duró casi media hora, el Papa escuchó algunas reflexiones de aquellos hombres, que aunque no distinguen arriba de abajo por la gravedad, sí que tienen otras cosas bien claras. Por ejemplo, el estadounidense Randolph Bresnik relató: “Lo que veo desde aquí es una perspectiva increíble. La posibilidad de ver la tierra un poco con los ojos con que la ve Dios, y ver la belleza de este planeta. Con nuestra velocidad orbital de 10 kilómetros al segundo vemos la tierra con una mirada diferente. Vemos una tierra sin fronteras, sin conflictos, una tierra en la que la atmósfera es increíblemente fina y frágil, y ver esta tierra de este modo te permite pensar como ser humano cómo todos debemos trabajar juntos, colaborar por un futuro mejor”.
Y en esto el president cesado de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, se va a Bélgica para distinguir mejor las fronteras que ha impuesto entre los españoles. Y se va casi hacia un lugar donde otro Carlos, siglos atrás, hablase con orgullo el castellano. ¿Será para poner una pica en Flandes? ¿O para tomar otro vuelo que tendrá poca conexión con los grandes temas que preguntan al hombre?
Que no olvide el honorable señor que, pese a sus locos deseos de grandeza, como el emperador Carlos, sabios y ricos, desempleados y terroristas, profesores y listillos de distinto pelo, todo ser humano acaba dando con sus huesos en el cementerio. Y los camposantos, tan bonitos estos días con sus flores, tampoco se ven desde la Estación Espacial Internacional.
Seguir a @AlmudenaHPerez
Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo