ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Desclasificados
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional30-10-2017
John Fitzgerald Kennedy regresa a la actualidad. El pasado mayo se cumplieron 100 años de su nacimiento, y este 22 de noviembre se conmemora el 54 aniversario de su asesinato en Dallas. Precisamente, esta fecha viene cargada de expectación, ya que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido no impedir la desclasificación de unos 3.000 documentos relacionados con el magnicidio que conmocionó a la población estadounidense y a buena parte del mundo.
Las páginas que salen a la luz van a ser escrutadas con detenimiento por personas que quieren ahondar en saber quién está detrás del crimen, por otras que buscan contradicciones en la investigación que se hizo en su momento y por otras que esperan hallar indicios que permitan alimentar las teorías conspirativas.
Aun así, es posible que la mayoría se lleve una gran decepción, pues quedan archivos que se mantienen en secreto. Además, en un caso de tanta gravedad como el asesinato de Kennedy, que sacudió los cimientos estadounidenses y que ocurrió hace tanto tiempo, lo más normal es que quienes quisieran destruir algún dato o prueba relevante lo hayan hecho ya, incluso en 1963.
El Servicio Secreto, la CIA y el FBI cometieron fallos. Y esto no es necesario que lo reflejen los documentos desclasificados, porque es una evidencia. El presidente de Estados Unidos, por su relevancia internacional y por la cantidad de hipotéticos enemigos que tiene el país al que representa, necesita de la máxima protección, tanto en seguridad activa como en medidas de prevención y contraespionaje.
Que asesinen al líder al que hay que proteger es un fracaso total que debe tener consecuencias, pero sobre todo ha de servir para analizar concienzudamente qué es lo que ha fallado para evitar que crímenes como ese se repitan. De hecho, desde el asesinato de Kennedy, afortunadamente, no ha vuelto a suceder ningún otro magnicidio, aunque sí intentos que fueron frustrados o que pese a perpetrarse no consiguieron su objetivo.
Es cierto que es imposible garantizar la seguridad plena, pero lo que sí hay que hacer es trabajar sin descanso para que esta sea lo más alta posible. Para ello, no se deben escatimar esfuerzos, hay que dejar a un lado las rencillas entre las diferentes administraciones y acabar con los egos. La coordinación y cooperación entre las agencias es fundamental, como lo es compartir la información que se obtiene. Como dice la frase popular: "cuatro ojos ven más que dos, y seis ven más que cuatro".
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD