ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Unesco, Unasco
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional17-10-2017
Unesco, Unasco, hay que ver lo que cambia el significado de una palabra con solo modificar una letra. Unasco podría ser como llaman Estados Unidos e Israel a la Unesco. Ambos han decidido que se retiran como miembros de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco).
Los dos países aseguran estar cansados de la excesiva politización de la organización y de las decisiones que esta está adoptando en los últimos años, como, por ejemplo, permitir el ingreso de Palestina como miembro de la agencia, la redacción de documentos que no mencionan la relación judía con el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas y la declaración de la ciudad vieja de Hebrón como Patrimonio de la Humanidad. De hecho, desde Israel se cree que la Unesco tiene un sesgo marcadamente anti-israelí.
Si además de estar incómodo en la Unesco, cuesta mucho dinero pertenecer a ella, es una pantomima seguir contribuyendo económicamente en algo en lo que no se está de acuerdo. Estados Unidos era uno de los que más aportación hacía, con decenas de millones de dólares que suponían aproximadamente el 20% del presupuesto de la organización, por lo que habrá que ver cómo le afecta esta reducción en los ingresos.
No es la primera vez que Estados Unidos sale de la Unesco. De hecho, en 2011, Barack Obama ya había congelado los fondos destinados a esta agencia de Naciones Unidas, por lo que se ha generado una deuda que ronda los 500 millones de dólares, y, en 1984, Ronald Reagan también retiró a su país, que no regresó hasta 2003.
La próxima designación de un nuevo director general de la Unesco (en octubre de este año) puede ser un buen punto de partida para hacer un análisis en profundidad de la organización creada en 1945 y buscar soluciones para aquellas cuestiones que más polémicas o críticas suscitan. Es verdad que ya pasaron los tiempos donde la corrupción acechaba a esta agencia de Naciones Unidas, pero también lo es que debe alejarse lo más posible de las presiones políticas y de los intereses estatales, aunque no sea fácil, especialmente cuando la principal fuente de financiación son los estados.
La misión de la Unesco sigue vigente y es muy loable, ya que busca contribuir a la paz, a la seguridad y a la igualdad en el mundo, mediante la educación, la ciencia y la cultura. Visto cómo está el panorama internacional, trabajo no le va a faltar.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD