ANÁLISIS DE ESPAÑA
Yo luché contra ETA
Por Alejandro Requeijo
3 min
España17-07-2017
En medio de la polémica, justo antes de abroncar a Mari Mar Blanco, Carmena concedió una entrevista a Onda Cero para intentar aclarar su negativa a colocar una pancarta en homenaje a Miguel Ángel Blanco. En una de sus respuestas trató de despejar dudas sobre su compromiso y dijo que ella luchó "de una forma denodada" (minuto 14.21) contra ETA. "Denodada". La salida que tuvo Carmena viene a confirmar una tendencia muy extendida de un tiempo a esta parte, ahora que ETA ya no mata. Consiste en reivindicar una presunta firmeza ante la banda que, de confirmarse en todos los casos, hace difícil creer 50 años de asesinatos con tanto valiente oponiéndose denodadamente. A mi personalmente me lo espetó recientemente uno de los últimos mediadores a los que ETA empleó para su último sainete de desarme. El tipo había sido portavoz de Batasuna y tenía cinco detenciones en su historial. Un héroe. Estaba disgustado porque lo hubiésemos publicado. Cualquier día se anima Pablo Iglesias, quien otorgó a ETA la lucidez de haberse dado cuenta antes que nadie del timo de la transición (minuto 3.48) o ve en Otegi a un hombre de paz.
El "yo luche contra ETA" es como la versión moderna del "yo corrí delante de los grises". Cuesta hoy día encontrar a alguien de aquella España que no corriese delante de los grises, pero luego el dictador murió en la cama. Cuenta Maradona que a lo largo de su vida son tantos los que le han dicho que le vieron debutar en directo que, de ser cierto, habrían sido necesarios cuatro estadios. De Carmena sabemos -porque lo confesó ella- que ETA la tuvo entre sus objetivos. De su trabajo como jueza se conocen algunas decisiones como la de excarcelar por motivos de salud a un etarra llamado José Azcárrate, que luego volvió a ser detenido. Doce años después, concretamente. Estaba malísimo por lo que se ve. También se sabe -lo explicó ella- su colaboración con el Gobierno vasco para impulsar un decreto sobre víctimas de violencia policial en Euskadi. Ninguno de los listados publicados al respecto aguantarían el menor rigor histórico, pero han sido muy útiles para apuntalar el contrarrelato de las dos violencias y el conflicto político como forma de eludir el final de vencedores y vencidos que reclaman las víctimas de ETA.
Vaya por delante que el heroísmo no es exigible, pero sí reconocible en otros actores cuyas trayectorias aceptan mejor la palabra "denodada" para describir su resistencia. Luchar contra ETA era ser policía o guardia civil en el País Vasco y tener que ocultárselo tu hijo para que en el colegio no dijese la profesión de papá. Era pasarse unas navidades enteras tumbado en el monte bajo unas ramas vigilando un zulo por si algún etarra decidía acercarse a coger algo. Esto por no contar a todos aquellos que dejaron su vida en el camino. Denodadamente resistieron concejales del PP y el PSOE asumiendo el riesgo a cambio de nada. De Miguel Ángel Blanco a Isaías Carrasco. Luchar contra ETA era hacer la Ley de Partidos, no criticarla. Luchar contra ETA era la dispersión de presos, no criticarla. Luchar contra ETA era el endurecimiento de las penas, no criticarlo. Luchar contra ETA fue más el "a por ellos" que el "ustedes que pueden dialoguen". Luchar contra ETA era salir a manifestarse casi en solitario en plazas hostiles tras un atentado y no seguir con la partida. Ahora todos lucharon contra ETA, pero la verdad es que unos lo hicieron más que otros.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio