ANÁLISIS DE ESPAÑA
Todos los líos de Lezo
Por Alejandro Requeijo2 min
España01-05-2017
Recapitulemos: El ministro de Justicia, notario mayor del Reino, envía un SMS a un imputado de su partido expresándole el deseo de que acaben sus problemas con la Justicia. “Ojalá se cierren pronto los líos”, decía el mensaje, una réplica del “Luis sé fuerte” con el que Rajoy trataba de convencer a Bárcenas de que no tirase de la manta. En este caso, el imputado en cuestión es nada menos que Ignacio González, ex presidente de la Comunidad de Madrid. Está en la cárcel acusado de haber saqueado millones de dinero público. En el momento que recibió el mensaje del ministro sólo tenía que saber de una investigación contra él por la compra del ático en Estepona. Pero el ministro habló de “líos”, en plural. ¿Por qué? Dice que se refería a los líos políticos después de un año sin Gobierno. No lo entendió así González, que después iba presumiendo de que el ministro le había mandado un mensaje muy cariñoso.
González recibió varios chivatazos de que se le investigaba. Así consta en las investigaciones a partir de las grabación de sus conversaciones. Se habla de un miembro intermedio del Gobierno y de una jueza. El expresidente recurrió también a policías y su hermano fue recibido de urgencia por el secretario de Estado de Seguridad, quien realmente sabe todo lo que pasa en Interior. La cita tuvo lugar sólo 24 horas después de que González informase a su entorno de que estaba bajo el foco de las autoridades. Es difícil de creer que el único interés de esa cita fuese hablar de seguridad en los mercados. El trato de favor es evidente si se tiene en cuenta que una asociación de guardias civiles también pidió audiencia esos días y el secretario les derivó a otra ventanilla. Pero el empresario, ahora también en prisión, sí fue recibido.
A pocas horas de que se llevasen a cabo las detenciones de González y el resto, con toda la Guardia Civil lista para hacer decenas de registros, el fiscal jefe anticorrupción decidió frenar parte de la operación. Le costó una bronca con los fiscales que llevan directamente el caso. Estos investigan a González desde 2015 mientras que el fiscal jefe llegó al puesto hace unos meses, elegido a dedo por otro señor que fue elegido a dedo por el ministro del SMS tan cariñoso al investigado. En 2009, el mismo fiscal que quiso frenar la operación tuvo encima de la mesa parte de las pruebas que ahora han llevado a González a prisión. Pero decidió archivarlas. La bronca con sus subordinados no cesa y ha intentado incluso apartar de la causa a uno de ellos. La Operación Lezo finalmente ha salido adelante pese a toda clase de obstáculos, pero hay que reconocer que ha puesto las cosas difíciles a quienes quieran defender que todos somos iguales ante la Justicia.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio