EL REDCUADRO
El esmoquin de Pablo Iglesias
Por Antonio Burgos3 min
Opinión05-02-2017
Como hijo del fernandino Real Cuerpo de Maestros Sastres de Sevilla, permítanme que venere al santo por la peana y que glose por el atuendo indumentario la charlotada-mitin de la gala de entrega de los premios Goya (no me trinques nada), en la que anualmente el Sindicato de la Ceja juega a las casitas de los Oscar de Hollywood. Festorro que debe de costarnos un pastón, organizado por una extraña Academia que no es la Española ni la de Bellas Artes, y en el que siempre hay un presentador de TVE que trata de hacerse el gracioso. Este año hasta poniéndose zapatos rojos de tacón de señora, con los que obviamente andaba bastante peor que mi querida María Teresa Campos, a la que presento mis respetos y admiración, pero ante la que debo reconocer (por aquello de "amicus Plato, sed magis Veritas") que es la señora que peor anda con tacones de España.
La etiqueta de los Goya exigía esmoquin para los señores y traje largo para las señoras. Y esta vez, cosa rara, se cumplió el protocolo, salvo rarísimas excepciones. No pasaba así hace apenas unos años. En la cédula de convite ponía lo mismo sobre la etiqueta exigida, pero los genios y lumbreras de ese cine español que no ve nadie y todos subvencionamos iban antes de trapillo. La mayoría de ellos, con el uniforme oficial de ERC: esto es, con camisa o camiseta negra, sin rastro alguno de corbata. Este año se ha impuesto el esmoquin. Lo que no se ha impuesto, y hago un inciso que brindo a mi querido don Fernando Rodríguez Ávila, es que la gente sepa distinguir entre las tres prendas de etiqueta de los caballeros. Hasta las cronistas de sociedad confunden el esmoquin con el chaqué y el frac con el esmoquin. Cuando son tres prendas distintas y una sola etiqueta verdadera. El chaqué es como un casacón, que describe el DRAE perfectamente: "Prenda exterior de hombre a modo de chaqueta, que a partir de la cintura se abre hacia atrás formando dos faldones, y que se usa como traje de etiqueta con pantalón rayado". Dicho en sevillano: lo que se ponen los pregoneros de Semana Santa para el atril y los miembros del Consejo de Cofradías para ir saludando a los conocidos en el Corpus. El chaqué no tiene nada que ver con el frac, que es como una chaquetilla corta de torero o de flamenco, hasta la cintura, y que por detrás tiene dos faldones largos; va con pantalón negro; y lleva chaleco y corbata de lazo, negros o blancos según la ocasión sea de ceremonia seria o de fiesta y bailongo de sociedad. Dicho en americano: el frac con chaleco blanco era lo que se ponía Fred Astaire para bailar claqué. Y queda el esmoquin, de menos etiqueta que el frac, pero sin faldones, aunque sí con corbata negra de lazo, y que este año se ha puesto en los Goya hasta el podemita Tío de la Coleta.
El mismísimo Pablo Iglesias que acude a ver al Rey en mangas de camisa y parece el camarero del Bar Manolo que va a llevarle el cafelito de media mañana; el mismìsimo Pablo Iglesias que va de trapillo y oro al Congreso de los Diputados, fue perfectamente de esmoquin, como marcaba el protocolo. Es decir, que Iglesias, vistiendo de esmoquin, da más importancia y le tributa más respeto a sus amiguetes los peliculeros de los Goya que a su Majestad El Rey. Y lo puso mucho peor cuando al que habitualmente va de camisetilla le preguntaron por su etiqueta, y dijo: "Vestir de esmoquin es un gesto de doblar la rodilla ante los trabajadores de la cultura". Eso de "trabajadores" vamos a dejarlo... Pero ¿cómo dice que dobla la rodilla ante los peliculeros quien ni siquiera inclina la cabeza, como es de elemental educación, ante Su Majestad El Rey?
Como esta castuza no da puntada sin hilo, todo es intencionado y medido. Con su esmoquin alquilado para los Goya, Iglesias quiere demostrar que ni el monarca de este Reino ni la soberanía popular del Congreso y sus partidos mayoritarios le merecen respeto alguno, mientras que se pone de rodillas ante los peliculeros de su cuerda. De rodillas... ¡y a porta gayola si hace falta!
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor