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SIN CONCESIONES

Cospedal a La Moncloa

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión18-01-2017

Faltaban apenas dos semanas para que Mariano Rajoy llegara a La Moncloa. Era vencedor por anticipado de las elecciones generales de 2011. Nadie discutía ese triunfo antes de votar. Sólo estaba en cuestión cuánto de abultada sería la ventaja. En plena campaña, un dirigente del PP me habló por primera vez de la sucesión del líder. Cuando todos pensaban en la crisis económica y cómo dar la vuelta a la dramática situación del país, un estrecho colaborador de María Dolores de Cospedal me puso en la pista. Ella sería la próxima presidenta del partido y la siguiente presidenta de España. Aquel día me asusté. No fue por el vaticinio, sino por su premura, tan precipitada como a destiempo.

La batalla era el poder pero la guerra siempre ha sido la sucesión
Cinco años después se han escrito miles de folios y artículos sobre la pugna interna entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Entre la secretaria general del PP y la vicepresidenta del Gobierno. Entre la mano derecha de Rajoy y la izquierda. En definitiva, entre las dos políticas más poderosas de España. El jefe del Ejectivo y del PP, en su estilo habitual, ha dejado que ambas se ensarcen en una guerra soterrada que sus entornos han transformado varias ocasiones en públicos. No es sólo cuestión de caracteres o ideología. La batalla era el poder pero la guerra siempre ha sido la sucesión, incluso cuando ellas lo niegan.

Alberto Núñez Feijóo, tercero en discordia en la misma pelea futurista, ha contemplado la escena a lo Rajoy. Si se matan entre ellas, él aparece victorioso sin mover un dedo y mientras tanto recaba el respaldo de tantos compañeros hastiados de las trincheras cavadas en el partido por dos mujeres de armas tomar. Hace justo un año, con Rajoy herido tras el 20-D y vetado por Pedro Sánchez, parecía que Sáenz de Santamaría contaba con más opciones que nadie. En septiembre, tras las elecciones gallegas, Feijóo se erigió triunfante tras zamparse a Ciudadanos en Galicia y lograr su tercera mayoría absoluta consecutiva. Ahora, con la destreza demostrada por Cospedal con las víctimas del Yak-42, la manchega demuestra su valía, así como el gran acierto al escoger la cartera de Defensa y no otras para entrar por la puerta grande al Gobierno de España.

Lleva 9 años controlando el PP y quiere repetir un tercer mandato
Cospedal ha enmendado en apenas dos meses lo que Federico Trillo estropeó en 2003 y cuatro ministros posteriores fueron incapaces de corregir en 14 años. Nada más llegar a Defensa ha levantado la alfombra más negra del departamento, como ella misma asegura desde hace años que hizo con Luis Bárcenas al tomar las riendas del PP. Mucho me temo que otro ministro no hubiera sido capaz y que sin Cospedal las familias de los fallecidos seguirían a la espera del cariño que siempre merecieron. Cospedal lo hace por sentido de la responsabilidad, por honor y por sentido de la Justicia. Seguro. Pero no puedo evitar acordarme de aquel colaborador que ya en 2011 me anticipó sus verdaderos planes. La meta que tiene en mente es La Moncloa. Por eso lleva nueve años controlando el PP, por eso quiere repetir en el cargo un tercer mandato y por eso ha querido ser ministra ahora.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito