ANÁLISIS DE ESPAÑA
Rajoy no puede
Por Alejandro Requeijo2 min
España16-01-2017
"Haremos un referéndum legal y vinculante, no será una encuesta". A las palabras de Puigdemont, para ser del todo sinceras, solo le faltaron confirmar que la consulta se repetirá tantas veces cuantas sean necesarias hasta que salga que sí. Es una seña de identidad de los independentistas: la democracia es democracia siempre que diga lo que yo quiero. Solo así se entiende la queja constante a pesar de las veces que el independentismo ha podido acreditar su fracaso en las urnas. Todavía hay quien dice, en serio, que esto viene del supuesto agravio por lo del Estatut. Sin embargo, el día que los catalanes fueron llamados a las urnas para refrendar tan ansiada norma salió día de playa y no fueron ni la mitad a votar, apenas un 48 por ciento concretamente. Cabe recordar que el referéndum por el primer estatuto, en 1931, se aprobó con una partición del 75 por ciento. El segundo, en 1979, contó con un 59 por ciento. Mucho más reciente es el pacto antinatura de CiU y ERC para convertir unas elecciones autonómicas en un plebiscito rupturista. El resultado, un 47 por ciento. Otra derrota que lejos de ser aceptada sirvió como excusa para otra intentona. Así hasta el infinito o hasta que no quede otra salida que la declaración unilateral de independencia. Pero, democracia es votar, dicen.
España debe ser el único país del mundo en el que alguien avisa con antelación de que va a cometer una ilegalidad y sus autoridades ni siquiera le advierten de las posibles consecuencias. Frente a la determinación de Puigdemont, la candidez de Rajoy a quien nadie le podrá negar el mérito de haber conseguido que la gente interprete su constante inhibición ante los problemas como una estrategia de Estado. “No voy a autorizar un referendum, primero porque no puedo y porque es algo en lo que no creo". Hay argumentos de sobra para ejercer de presidente y al mismo tiempo desmontar los mitos del nacionalismo de forma bastante más contundente. Esa labor no puede recaer en exclusiva sobre la UDEF y los jueces.
Hubiese estado bien que Rajoy hubiese dicho que no porque es el presidente de todos los españoles y su deber moral es defender a esa mayoría de catalanes que no quieren ser independientes. Que no es cierto que haya una mayoría a favor de la independencia. O los artículos de la Ley que podrían causarle un disgusto a Puigdemont si lleva a cabo sus planes. Para defender esto no hace falta anunciar tanques ni guardias civiles desfilando por la Diagonal. Básicamente porque lo que sucede en Cataluña tienen más que ver con cumplir o no cumplir la Ley. Pese a todo, no parece previsible que haya referéndum mientras siga Rajoy y eso hay que reconocerlo. Pero el gallego algún día se irá y el dinosaurio seguirá ahí. Todo el tiempo que se renuncie a plantear una batalla política es un tiempo perdido. Y ya hay que ser ingenuo para pensar que el suflé independentista se rebajará poniendo un despacho a la vicepresidenta en Cataluña.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio