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SIN CONCESIONES

Sí rotundo

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura4 min
Opinión06-09-2016

Mientras el Congreso de los Diputados tumbaba la investidura de Mariano Rajoy, este periodista habitualmente adicto a la política abandonó durante unas horas sus responsabilidades informativas para alejarse un centenar de kilómetros del núcleo del poder de este país en apariencia en descomposición. No fue una huida. En otra ciudad que siglos atrás fue capital y signo del esplendor del Reino de España, atraía mi absoluta atención otro acontecimiento más importante en la vida de cualquier pareja, y generalmente mucho más duradero. Vista la seriedad de algunos políticos, hasta el aleteo de un animal tan débil como la mariposa tiene más futuro que un aspirante a la investidura. El Rey propone y luego la Cámara Baja lo destroza. Igual que Pablo Iglesias impidió en marzo que Pedro Sánchez fuera presidente porque el podemista ansiaba ese puesto, ahora ha sido el socialista quien ha vetado a Rajoy por idéntica razón. A medida que pasan los meses y se suceden las elecciones, el despropósito es cada vez más grande, a la vez que más irresponsable e incomprensible.

Frente al "No es no" tan de moda en este periodo de insumisos del sentido de Estado, el plumilla que escribe cambió el Parlamento de la discusión por el parlamento del entendimiento. Frente al "No, no y no" de quienes se detestan, aborrecen e incluso parece que se odian, siempre existe la alternativa de la confianza, del consenso y del futuro compartido. Frente al "¿qué parte del 'No' no has entendido?" sobresale la capacidad de pacto y entrega recíproca entre quienes se dan un "Sí rotundo" desde la fe en el amor. Frente al divorcio previsto entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, otros preferimos el matrimonio sincero entre personas como Belén y Carlos, como Vicky e Isaac y como decenas de miles de parejas que cada año emprenden una vida basada en el compromiso más férreo que jamás puede existir entre seres humanos. El que jura amar "hasta que la muerte nos separe".

El problema es el pánico atroz al compromiso y a la falsa pérdida de libertad
Atravesamos una época de temporalidad laboral, pero también temporalidad conyugal, en la que jóvenes que publicitan en sus redes sociales estar enamorados en cambio son incapaces de prometer a la otra persona que pasarán juntas el resto de su vida. El problema no es el miedo al fracaso, sino el pánico atroz al compromiso y a la falsa pérdida de libertad. No es más libre el que menos compromisos tiene, sino el que ha elegido con plena consciencia y determinación sus amarras. En estos tiempos en los que casi nadie se compromete con nada, aún hay quien da el paso de casarse. Hay locos de remate que hasta se casan por la Iglesia. Ellos entienden y sienten de corazón que amar a otro debe ser hasta el infinito y más allá, confiados en que existe solución de continuidad y continuidad de soluciones, como dejó escrito el gran poeta del amor Mario Benedetti.

En la catedral de Toledo, el sacerdote que ofició el matrimonio y que inspiró esta reflexión proclamó un sí rotundo al amor frente a los que se gritan no desde el egoísmo, la envidia, el resentimiento y la ambición personal. Ningún país, ninguna empresa y ninguna familia construye un futuro sobre tal putrefacción. El respeto mutuo, la sinceridad, la confianza, el diálogo y la voluntad de acuerdo son valores esenciales para cualquier tipo de convivencia, aunque por desgracia nuestros políticos lo hayan olvidado y sólo piensen en su bien individual. La rebelión que necesita este país y el conjunto de la Humanidad no es la de quienes rodeaban el Congreso, acampaban en la Puerta del Sol o claman ahora por la pobreza en Venezuela mientras miles de españoles pasan hambre. La rebelión que necesitamos es la que nace del corazón de las personas para entregarse a los demás, para contraer matrimonio y construir una familia, para mejorar nuestras calles y nuestro planeta, para ser capaz de entenderse con el diferente y para dejar en herencia un futuro mejor a nuestros hijos. Para todo eso va este sí rotundo frente al "No es no" que de nada sirve en cualquier ámbito de la vida.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito