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SUDAMÉRICA

Argentina no utilizará sus reservas para pagar la deuda

Por Raquel G. VidalTiempo de lectura2 min
Economía29-09-2002

Si en el mes de octubre Argentina ha de pagar 800 millones de dólares al Banco Mundial (BM) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre finales de noviembre y mayo del próximo año el país debe saldar deudas por un valor de 9.250 millones de dólares.

¿Con qué pagará Argentina? O sencillamente, ¿pagará Argentina? La balanza se inclina más hacia el no, sobre todo sopesando la cantidad de efectivo de que dispone el país, unos 9.500 millones de dólares, casi el total de la deuda que ha de pagar sólo en los próximos siete meses. El país ya entró, el pasado mes de diciembre, en suspensión de pagos con los acreedores privados, pero de momento, gracias a retrasos en la fecha a pagar numerosos créditos vencidos, ha podido mantenerse sin declararse en suspensión de pagos con los organismos internacionales de crédito (BM, BID y FMI). Cada vez se ponen más difíciles las cosas para el país presidido por Eduardo Duhalde. El FMI está dándole muchos toques de atención, cada vez más. Las relaciones entre los dos dejan mucho que desear y las declaraciones cruzadas cada vez son más tirantes. Anne Krueger, número dos del Fondo, ha afirmado que si no cumplen con los pagos Argentina tendrá que soportar “graves consecuencias”. Por su parte el jefe del gabinete de ministros argentinos, Alfredo Atanasof, afirmó que están cansados “de tanto bla, bla, bla”. El Gobierno argentino sabe que si no cumple con los organismos de crédito quedarán fuera del panorama económico mundial. Las intenciones son pagar, pero no ahora. Por eso están intentando que les concedan una prórroga en el pago inmediato que han de desembolsar al BM y al BID, el de los 800 millones de dólares. El país no puede echar mano de sus reservas porque son lo único que tienen para cualquier incidencia que se presente y para que el país continúe en funcionamiento. Saldar las deudas con las reservas “es impensable por las consecuencias económicas que acarrearía”, según el propio Atanasof.

Fotografía de Raquel G. Vidal